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Antes del 29 de octubre de 2024, pocos de entre los españoles habrían sabido explicar exactamente qué significaba el acrónimo DANA, 'Depresión Aislada en Niveles Altos'. Si hubiésemos hablado de 'gota fría', a los residentes en la costa del Mediterráneo les habría resultado mucho más familiar. Pero los meteorólogos no han parado de advertir sobre las consecuencias en forma de fenómenos extremos que podíamos esperar de las tendencias climáticas de los últimos años.

Notablemente, de dos efectos que azotan muy especialmente a nuestro país: los récords de temperaturas máximas que se baten mes tras mes, y el calor insólito que acumulan las aguas marinas. Esto se ha traducido en fenómenos cada vez más extremos, con la incidencia incluso de ciclones mediterráneos con rasgos de huracán, los temidos 'medicanes'

La memoria meteorológica es complicada. Si echásemos la vista atrás, ¿qué diríamos sobre 2024? ¿Ha sido un año cálido en comparación con los últimos, o se ha atemperado? ¿Y qué decir de las lluvias? El consuelo que nos dejarían las lluvias extremas sería dejar de preocuparnos por la sequía que nos atenazaba hace un año y concentrarnos en la reconstrucción. ¿No es así?

Lo cierto es que la realidad es compleja: 2024 no superará a 2022 y 2023 como primer y segundo años más cálidos desde que existen registros modernos en España. Y de hecho, ha sido el primero en el que se han verificado algunos meses "fríos", es decir, con temperaturas medias inferiores al promedio del mismo periodo entre 1991 y 2020. Pero los récords de calor no faltaron a la cita: el primer trimestre del año fue el más caluroso desde que existe registro, y el mes de agosto batió los récords históricos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

El año hidrológico también ha estado marcado por estos contrastes. Debido a la DANA, el pasado octubre registró una cifra inédita en cuanto a lluvia acumulada, con un valor de precipitación media sobre la España peninsular de 147 l/m2. Se trata del 189% del valor normal, lo que lo convierte en el mayor registro histórico para ese mes. Pero eso no ha impedido que lugares como Cataluña o Murcia no hayan terminado de abandonar la sequía meteorológica en un contraste cada vez mayor

De Milton a la DANA

El llamado "huracán del siglo" no fue tal en cuanto a coste humano debido a la evacuación exhaustiva que se puso en marcha en Florida, un estado que ya acababa de dictar otra emergencia por otro ciclón, Helen. Pero Milton tuvo suficientes características como para sobrecoger a los expertos. La principal, su rápida profundización, pasando de tormenta tropical a huracán de categoría 5 en menos de 24 horas.

"Lo que nos dice actualmente el cambio climático es que la temperatura de la atmósfera va a aumentar. Esto supone mayor energía y humedad", explicaba a EL ESPAÑOL Francisco Martín, meteorólogo de Meteored. Tanto en el caso de la DANA de Valencia como de Milton se han dado circunstancias que han alimentado la ciclogénesis. En pleno octubre, tanto las aguas del Golfo de México como las del Mediterráneo han llegado a los 30ºC. "Esto es gasolina de primera para los ciclones".

Efectos de la DANA en el municipio de Alfafar, a 30 de octubre de 2024, en Valencia. Rober Solsona / Europa Press

Las tormentas tropicales se convierten en huracanes al extraer energía de las corrientes cálidas marinas, lo que explica que el golfo de México sea una de sus principales "incubadoras". Lo mismo ocurre con las 'gotas frías' en el Levante, cuando se embolsan las corrientes frías en altura al llegar el otoño al hemisferio occidental. A mayor temperatura del agua, mayor humedad disponible para descargar lluvias torrenciales.

Los mares han estado siendo el principal sumidero para absorber el exceso de temperatura provocado por las emisiones de gases de efecto invernadero, recuerdan los expertos, a lo que se ha sumado un efecto natural de calentamiento por 'El Niño' especialmente intenso este año. Esto se tradujo en la Comunidad Valenciana y zonas aledañas en un sistema convectivo -'enjambre de tormentas'- que rozó los 500 litros por metro cuadrado en ocho horas en localidades como Chiva.

2024, hacia un nuevo récord mundial

El pasado noviembre ha sido el segundo más cálido documentado a nivel global desde que hay registros, solo superado por noviembre de 2023, informaba a comienzo de mes el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), el programa de observación de la Tierra de la Unión Europea. La temperatura media del aire en superficie en el mundo fue de 14,10 ºC. Son 0,73 ºC por encima del promedio para este mes entre 1991 y 2020.

Además, se han registrado precipitaciones por debajo de la media en la mayor parte de Europa occidental y central. Eso no ha impedido que se registren lluvias torrenciales en el este peninsular de España -debido precisamente a la DANA- así como el oeste de Islandia, el sur de Reino Unido, el norte de Escandinavia, el sur de los Balcanes y Grecia, así como en gran parte de Europa oriental.

Con todo, Copernicus considera inevitable que 2024 bata un nuevo récord como año más cálido de la historia a nivel global. Será también el "primer año natural por encima de 1,5 °C respecto a los niveles preindustriales", advertía Samantha Burguess, directora adjunta. "Esto no significa que se haya incumplido el Acuerdo de París, pero sí que la acción climática ambiciosa es más urgente que nunca", concluía.