De las olas de calor al "bidón de gasolina" del Mediterráneo: 2025, un año que no invita al optimismo meteorológico
- Las previsiones de científicos y meteorólogos apuntan que los eventos climáticos extremos volverán a ser protagonistas en el año que empezamos.
- Más información: Las lluvias extremas crecerán hasta un 61% en la costa mediterránea: "No es factible mover a millones de personas"
El 2024 será recordado como el año en el que la "DANA del siglo" segó la vida de 227 personas de un día para otro en distintos municipios de Valencia. El drama provocado tras la tremenda crecida del barranco del Poyo tardará mucho tiempo en olvidarse. Sin embargo, este suceso, lejos de ser una anécdota, no es más que la constatación de que la crisis climática ha venido para quedarse. Los científicos apuntan que la frecuencia e intensidad de los eventos climatológicos, desde olas de calor sofocantes hasta lluvias torrenciales, seguirán in crescendo en nuestro país en 2025.
Pero empecemos, primero, por el calor. 2024 va a ser, con toda probabilidad, el año más cálido jamás registrado, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM). "Es probable que la temperatura media anual [del planeta] haya superado durante 16 meses consecutivos (entre junio de 2023 y septiembre de 2024) todos los valores registrados con anterioridad y, con frecuencia, por un amplio margen", dice la OMM.
Así, pese a que en el imaginario colectivo existe la sensación de que las temperaturas de este año en España fueron más 'suaves' que las de 2023, lo cierto es que los datos no invitan al optimismo. El de 2024 fue el sexto verano más cálido de la serie histórica, con una temperatura media de 23,1 ºC, con una anomalía de 1º C respecto al promedio del periodo de referencia (1991 - 2020), según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). "En 2003 se superaron los 23 ºC de promedio por primera vez. Desde 2015 ha sucedido cinco veces más", explicó la Aemet.
🧵El verano de 2024 ha sido el sexto más cálido de la serie histórica y también del siglo XXI.
— AEMET (@AEMET_Esp) September 24, 2024
En 2003 se superaron los 23 ºC de promedio por primera vez. Desde 2015 ha sucedido cinco veces más. pic.twitter.com/ZZXEk2Yiv3
La cosa no queda aquí. Según datos del Sistema de Monitorización de Mortalidad Diaria (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III, más de 2.200 personas murieron en España este verano por exceso de calor, siendo el tercero con más fallecimientos desde 2016. Otras herramientas, como MACE (Mortalidad Atribuible por Calor en España), desarrollada por los investigadores Aurelio Tobías (CSIC), Dominic Royé (Fundación para la Investigación del Clima) y Carmen Íñiguez (Universidad de Valencia), multiplican por cinco las estimaciones del MoMo y hablan de 11.922 muertes por calor en España en 2024.
¿Qué perspectivas tienen los meteorólogos para 2025? No hay buenas noticias. La Met Office, la agencia meteorológica de Reino Unido, apunta que el que viene podría ser uno de los tres años más cálidos jamás registrados a pesar de que ya no contamos con la influencia de El Niño.
"Los años como 2025, en los que no predomina la influencia del calentamiento de El Niño, deberían ser más fríos. 2016 fue un año de El Niño y en su momento fue el año más calido registrado en cuanto a temperatura global. Sin embargo, en comparación con nuestro pronóstico para 2025, 2016 ahora parece decididamente frío", sostiene el físico británico Adam Scaife. De esta forma, es más que probable que el año que viene vuelva a superarse por tercer año consecutivo los 1,3 ºC respecto a los niveles preindustriales.
Más inundaciones y DANA
El pasado mes de octubre, coincidiendo con la tragedia de la DANA de Valencia en España, un estudio publicado por científicos de la red World Weather Attribution (WWA) alertó de que el cambio climático ha intensificado los 10 eventos meteorológicos más extremos ocurridos en las últimas dos décadas en todo el mundo, desde olas de calor, pasando por ciclones o inundaciones. "No cabe duda de que estos aguaceros explosivos se intensificaron por el cambio climático", sostiene Friederike Otto, directora de WWA en declaraciones a SMC UK.
En España, la Agencia Estatal de Meteorología ha alertado de que los desastres relacionados con lo que se conocía como ‘gota fría’ se han intensificado en el último medio siglo. Así, según la Aemet, la incidencia de fenómenos extremos como la DANA que arrasó algunas zonas de levante en España se han triplicado desde la década de 1970.
"Si bien es cierto que las precipitaciones extremas y las consecuentes inundaciones en cauces y torrentes son fenómenos intrínsecamente ligados al mundo mediterráneo, sobre todo en otoño, y siendo los años 80 del pasado siglo especialmente trágicos en este sentido, es posible que la probabilidad de ocurrencia e intensidad de estos fenómenos estén sufriendo algunos cambios", escribía Peior Oria Iriarte, investigador de la Delegación de la Agencia Estatal de Meteorología de Navarra, en un trabajo que recogía los índices de precipitación en la costa mediterránea de 1966 a 2020.
Lo cierto es que las temperaturas que se están registrando en el Mediterráneo no invitan al optimismo tampoco. El pasado 10 de agosto, el mar que baña nuestras costas registró una temperatura media de 28,15 ºC, la más alta desde que comenzaron los registros. Según el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), 18 de los 20 valores diarios más altos reportados en estas aguas desde 1982 (cuando empezaron los registros) son de los últimos años.
Temperaturas del Mediterráneo entre 1940 y 2024. En 2023 se batieron récords. A finales de octubre de este año, estaba claramente más cálido de lo normal para la época del año.
— AEMET (@AEMET_Esp) November 11, 2024
Aguas más cálidas aportan más humedad a la atmósfera, lo que puede derivar en lluvias más intensas. pic.twitter.com/pV1IUzrcsK
Los meteorólogos apuntan que, de cara a 2025, es más que probable que, fruto del incremento de las temperaturas, estos registros sigan manteniéndose o incluso aumentando. Y lo que es peor, el Mediterráneo volverá a convertirse en un "bidón de gasolina" que facilitará la aparición de lluvias extremas, medicanes e inundaciones.
¿Cómo se explica esto? El Mare Nostrum, que decían los romanos, es un mar cerrado que sólo cuenta con una salida a través del estrecho de Gibraltar, por lo que el potencial de renovación de sus aguas es realmente pequeño, favoreciendo las altas temperaturas de sus aguas, que se han visto además favorecidas por el cambio climático. "Si lo juntas con zonas con mucha pendiente y habitadas, el riesgo [de lluvias torrenciales] es alto. Es lo que hemos visto en los últimos años, con DANAs más frecuentes", explicaba a EL ESPAÑOL el meteorólogo Samuel Biener.
El Mediterráneo ha sido calificado como un mar de relativamente alta vulnerabilidad por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. Es decir, se trata de una de las zonas donde los efectos del calentamiento global son más visibles. Así, en los últimos 40 años, la temperatura media ha crecido 1,4 ºC según el proyecto Mediterranean Sea Surface Temperature del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo.
Lo que parece más probable es que las lluvias extremas y las inundaciones vuelvan a ser protagonistas en 2025. Está por ver en qué medida afectarán a nuestro país. Un estudio que analizó las DANA en el levante español entre 1998 y 2018 concluyó que el calentamiento global puede provocar un incremento del 61% en las precipitaciones de la zona provocadas por estos eventos extremos.
No será la única área del país en riesgo. El mismo trabajo científico advierte de que, en el norte peninsular, las lluvias torrenciales podrían aumentar hasta el 88%. Así, la gestión de eventos climáticos extremos va a ser uno de los grandes retos en los próximos años. Más de 2,7 millones de personas viven aún hoy en zonas potencialmente inundables en España, según el Ministerio de Transición Ecológica (MITECO). Las previsiones no parecen ser nada halagüeñas.