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Si la borrasca Filomena fue el primer contacto para España con los fenómenos extremos invernales que está provocando la fluctuación de la corriente en chorro en el hemisferio norte, 'la Bestia del Este' fue su equivalente para el resto de Europa. En febrero de 2018, una ola de frío provocada por una masa de aire ártico proveniente de Siberia puso en alerta a todo el continente. Únicamente la Península Ibérica quedó al margen de un temporal que provocó nevadas masivas, temperaturas de hasta -20 ºC en Italia, y un centenar de víctimas mortales.

La situación fue especialmente adversa en Reino Unido e Irlanda, recuerda Samuel Biener, climatólogo de Meteored. "Ahí, como ocurrió con Filomena, la ola de frío interactuó con una borrasca atlántica que provocó grandes nevadas". Ahora, los medios británicos e irlandeses hablan de la irrupción de una nueva 'bestia', pero el experto matiza. "Desde entonces, a cada entrada de aire polar se le ha dado ese nombre, pero el escenario no tendrá nada que ver con el de 2018". Esta 'bestezuela', no obstante, también traerá el frío intenso a España.

Estos 'pasillos' de vientos árticos se producen cuando un anticiclón se sitúa sobre Escandinavia o el oeste de Rusia, explica Biener, lo que permite que "se canalice aire de origen polar a través de prácticamente toda Europa, dejando a su paso temperaturas muy bajas". Si esta masa fría se encuentra con una borrasca o avanza sobre una superficie marítima, puede dar lugar a nevadas de intensidad. Es lo que puede ocurrir a partir del viernes en la mitad norte peninsular, según advierte la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

"La masa de aire polar continental va a cruzar toda Europa, y llegará a España a finales de de semana", explica Biener en conversación con EL ESPAÑOL. "Dejará heladas muy importantes en el interior y en especial en zonas de alta montaña". Los modelos de previsión apuntan a que el Pirineo puede alcanzar mínimas "de 15 a 20 grados bajo cero", aunque la predicción se irá ajustando a medida que se acerque el frío. En la ciudad de Madrid se alcanzarían entre -3 y -5 ºC de mínima, con máximas de 8 ºC durante el día. 

Además, la interacción entre la masa de aire frío y la humedad disponible en el entorno de la costa -especialmente en el Mediterráneo, que conserva una elevada temperatura para la época del año-  puede dar lugar a procesos de ciclogénesis. "Es decir, a la formación de borrascas que podrían impulsar vientos marítimos y provocar lluvias y nevadas en cotas relativamente bajas a finales de semana", acalara Biener. La inestabilidad sería así más probable en las comunidades mediterráneas y en puntos del norte.

Sin embargo, tampoco se puede descartar que se formen borrascas frías o danas (Depresiones Aisladas en Niveles Altos) que afecten incluso al interior peninsular. "Es una situación bastante compleja", valora el especialista. "En general las olas polares continentales llegan muy secas a gran parte de Europa, porque no atraviesan masas marítimas, pero esto cambia al llegar a la cuenca del Mediterráneo. La posición de estas bolsas de aire frío que estarán circulando por el interior del continente será lo que determine la magnitud de las lluvias y las nevadas".

Una de estas bolsas de aire podría aproximarse al oeste-noroeste peninsular entre el jueves y el viernes, dejando lluvias y nevadas en la vertiente atlántica, para ser reabsorbida rápidamente por una gran vaguada retrógada que avanzaría por Europa. Más adelante, los modelos plantean escenarios "muy jugosos para los amantes de la lluvia y de la nieve", con posibles anticiclones de bloqueo en latitudes muy altas, lo que obligaría a que las borrascas circularan bastante al sur.

Un fin de semana bajo cero

Durante el fin de semana, la bajada térmica provocará el recrudecimiento de las heladas, que se extenderán a gran parte del territorio. Aemet subraya que en puntos de la meseta norte, páramos del centro y zonas de montaña se podría bajar de -5 ºC de mínima y por el día no se alcanzarían más de 8 ºC en amplias zonas del norte y centro del territorio. En cuanto a las precipitaciones, remarcan, son más probables en el extremo norte peninsular, área mediterránea y en Baleares.

En el caso de Canarias, Aemet prevé intervalos nubosos en el norte de las islas más montañosas, sin descartar alguna llovizna o lluvia débil en ese sector. Los vientos alisios soplarán con intervalos fuertes, impulsando la llegada de polvo en suspensión al archipiélago canario procedente del Sáhara, lo que provocará calima. La influencia de la 'Bestia del este' no alcanzará tan al sur, por lo que las temperaturas irán en ascenso.