Una bomba de más de 500 calorías repleta de almidón. Así es como define el departamento de nutrición de la Universidad de Harvard (EEUU) al acompañamiento habitual en la dieta de muchos países del mundo occidental. Lo ha hecho uno de sus miembros en un artículo en The New York Times en el que ha aprovechado para recordar cuál es, a su juicio, el número de patatas fritas que debería componer la ración idónea de este alimento: seis.
El nutricionista y epidemiólogo Eric Rimm cita un estudio publicado el año pasado en The American Journal of Clinical Nutrition, que demostró que el consumo excesivo de este alimento se asocia a un aumento de la mortalidad. El equipo internacional que lidera el trabajo concluyó que, pese al consumo descendiente que las patatas han tenido a nivel global, su variedad frita cada vez cuenta con un mayor éxito.
En la investigación participaron un total de 4.400 hombres y mujeres. Los resultados señalan que los sujetos que murieron de forma temprana durante el seguimiento del experimento presentaban un consumo excesivo de patatas fritas. Aquellos que consumían el tubérculo cocinado de forma más saludable mantuvieron su esperanza de vida estándar. Los resultados advertían especialmente sobre aquellos participantes que consumían patatas fritas en una media de dos o tres veces por semana. Estos sujetos tenían muchos más riesgos de empeorar considerablemente su salud.
Los investigadores reconocen que la patata es un alimento contradictorio respecto a su contenido nutritivo. Por un lado tiene un alto índice glucémico, asociado a riesgos como la diabetes (hasta un 33% más), la obesidad o enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, debido a su alto contenido en agua, las patatas son más saludables en comparación con otros carbohidratos.
El problema de la cantidad
Estados Unidos es la nación más proclive a incluir este tipo de alimentos en su dieta de forma regular. Los yankees consumen de media 52 kilos de patatas al año, de acuerdo con los datos citados por The New York Times. Dos tercios son fritas, procesadas o de bolsa, de acuerdo con las estadísticas del departamento de Agricultura de este país.
Es lo que ha llevado al rotativo estadounidense a consultar a Rimm para escribir un artículo con un título inequívoco: No quieres patatas fritas de acompañamiento, en el que lanza su peculiar concepto de ración ideal de este acompañamiento.
Esto no ha gustado a los lectores del rotativo estadounidense, aunque sí a sus colegas. Los comentarios a la noticia van desde el insulto -"Esta persona es un monstruo", reza uno- a llenos de incredulidad. "Qué clase de loco querría seis patatas fritas. Lo pillo, son malas para ti, pero comer SEIS suena como una tortura".
Sin embargo, los expertos consultados por el Daily Mail -que se ha hecho eco de la polémica- son mucho más benévolos. "Mucha gente lo único que necesita es notar el sabor", explicaba la experta del NY Nutrition Group Lisa Moskovitz, que apunta a otra alternativa que puede sonar menos radical: "A malas, se puede pedir la ración infantil".