Europa sufre una epidemia de obesidad que está alcanzando cotas alarmantes. La Organización Mundial de la Salud ha alertado en distintas ocasiones de un problema que, según el organismo internacional, podría afectar a dos de cada tres europeos en 2030. Por esta razón, muchos países están tratando de implantar distintas medidas para intentar reducir el consumo de bebidas azucaradas, alimentos ultraprocesados y comida basura en general entre la población.
Reino Unido es uno de estos países. Sin embargo, ningún político británico pretende prohibir los anuncios de aceite de oliva en el metro ni ha equiparado este producto típico español con la comida basura. Tal y como ha explicado el periodista y editor de The Conversation Sergio Ferrer en un hilo de Twitter, se trata de un bulo al que han dado pábulo algunos medios de nuestros país.
Efectivamente, el Ayuntamiento de Londres, dirigido por el laborista Sadiq Khan, ha decidido prohibir los anuncios de comida basura en su red de transporte después de someter la medida a consulta pública y que fuera apoyada por el 82% de los londinenses. Para lanzar esta iniciativa, el Ayuntamiento londinense valoró distintos informes, entre ellos uno de la organización Cancer Research UK de 2018 en el que se advertía que los jóvenes que recordaban haber visto anuncios de comida basura tienen el doble de probabilidades de ser obesos.
Tal y como puede leerse en la web del consistorio, las restricciones publicitarias en la red de transporte, que entrarán en vigor el 25 de febrero de 2019, incluyen bebidas azucaradas, alimentos con alto contenido en grasas trans como las hamburguesas, barritas de chocolate o frutos secos con sal. La medida no cita ni contempla el aceite de oliva entre los alimentos cuya publicidad sería prohibida.
Sin embargo, algunos medios británicos como el Evening Standard, cometen el error de equiparar las grasas del aceite (cuyas bondades han sido demostradas en numerosos estudios) con las grasas trans de la comida basura a través de las declaraciones de Andrew Boff, político del Partido Conservador, que se mostraba crítico con la medida.
La realidad es bien distinta y ni el alcalde de Londres, Sadiq Khan, ni ninguna institución británica pretende prohibir los anuncios del aceite de oliva en el metro.
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