Las dietas extravagantes proliferan, y la leche protagoniza la última de ellas. Hablamos de GOMAD, las siglas de Gallon Of Milk A Day, y consiste en beber un galón (unos 3,78 litros para los norteamericanos y 4,5 para los británicos) de leche al día. Hasta 2.400 calorías extra cada 24 horas.
El objetivo de este galón de leche entera (no puede ser desnatada ni semi) es el de aprovechar todo su contenido en grasas para generar músculo. Y no un poco de músculo, sino mazarse bien mazado. Sin embargo, no es la mejor idea.
Estas personas consumen la leche a lo largo del día, durante las comidas o en otros momentos, como un sustituto de los esteroides. Una ingesta tan excesiva es perjudicial porque impide ingerir otros alimentos con sus nutrientes. A ello se suman estreñimiento o el malestar en aquellas personas que sean intolerantes a la lactosa.
En Internet se recogen testimonios como el del estadounidense John Mack, un joven de 28 años que tomaba cada día ese galón de leche entera. En total más de 20 litros a la semana para aumentar la ingesta calórica con la que desarrollar músculo. De complexión física flaca, encontró la dieta GOMADen la red y comenzó a aplicarla. Así se mantuvo durante siete meses, en los que ganó más de 30 kilos.
Mack asegura que la primera semana le costaba beber toda esa leche, pero después se convirtió en un hábito para él. A la vez, hacía entrenamiento de fuerza cinco días a la semana. Así se puso en 108 kilos, muchos de ellos grasa: su novia le había dejado y la ropa no le servía. Un día, haciendo senderismo, le faltaban las fuerzas. La caminata fue el punto en el que se dio cuenta de que debía hacer un cambio.
Otras personas que han hecho la dieta GOMAD no la recomiendan porque creen que hay maneras mejores de fortalecerse (con lentitud) y sin riesgo de obtener tanta grasa que suponga un factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares por el camino. Algunas incluso sufrieron flatulencias.
Así, la dieta GOMAD no es la mejor opción para ganar peso en forma de músculo. Se gana peso, sí, pero en forma de grasa. Varios mitos de la leche están detrás de este abuso. Por ejemplo, que tiene las mejores proteínas para conseguir la musculatura; pero también la carne o los huevos nos la aportan y no hay que meterse esos chutes.
También, porque hace aumentar los niveles de insulina para acelerar el crecimiento muscular, pero una buena alimentación ayuda sin necesidad de desequilibrios nutricionales. Así, es mejor una dieta rica en carbohidratos que en grasas, con ejercicio… y paciencia, porque lleva tiempo, algo que las personas seguidoras de la GOMAD pretenden acelerar con la leche.
Cuidado con los lácteos
A pesar del arraigo de la idea de que cuanta más leche tomemos, mejor, su consumo ha sido puesto en entredicho por algunos estudios. Uno realizado por miembros de varias universidades estadounidenses y publicado el año pasado asociaba el consumo de leche entera con un mayor riesgo de recurrencia tras el diagnóstico del cáncer de próstata, sobre todo si los hombres eran obesos o tenían sobrepeso.
Por ello, recomendaban tras el diagnóstico, en caso de que quisieran tomar leche, hacerlo de variedades desnatadas o con bajo contenido en grasa. Otro estudio más antiguo, de 2001, aseguraba que "los productos lácteos y el calcio están asociados con un mayor riesgo de cáncer de próstata".
Sin embargo, no todas las investigaciones relacionadas con tumores son tan alarmantes. Un estudio español en el que participaban científicos de universidades como las de Barcelona y Valencia y de hospitales como el Universitario Araba (Vitoria) publicó el año pasado que no había "asociaciones significativas" entre el consumo de productos lácteos y el riesgo de cáncer colorrectal.
Por otra parte, los lácteos tienen a su alrededor una serie de mitos que conviene desterrar, entre personas que buscan músculo y las que no. El catedrático Miguel Ángel Martínez-González desmentía a EL ESPAÑOL que hubiera que tomar tres vasos de leche al día, pues son muchos los alimentos que tienen calcio: nueces, brócoli, naranjas… Ni siquiera habría que tomar suplementos. "La leche no es imprescindible", afirmaba. Y las personas veganas le darán la razón.
El calcio está atribuido al fortalecimiento de los huesos y a un menor riesgo de fracturas, pero no hay evidencias científicas de ello. El déficit de vitamina D, otro de los componentes de la leche, se puede suplir con estar al sol de forma moderada.
Eso no quiere decir que haya que dejar de consumirlos, sino que no podemos dar una prioridad en nuestra dieta mientras rechazamos las frutas o las legumbres. Porque hay otras formas de conseguir músculo sin necesidad de leche.
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