Alrededor de la alimentación se han creado toda una serie de mitos absurdos y falsas creencias que han ido extendiéndose entre la población a través del boca-oreja. Los nutricionistas llevan años intentando desmontar que comer cinco veces al día sea mejor que hacerlo tres o dos, que los frutos secos engorden, que tomar un vasito de agua con limón en ayunas cure enfermedades varias o que tomar una copita de vino al día sea bueno para la salud. Con la fruta ocurre tanto o más de lo mismo. No sólo hay gente que piensa que favorece el sobrepeso (no es verdad), sino que, en el extremo opuesto, hay también quien dice que si la tomas antes de comer, ayuda a adelgazar. Y no es cierto. O, al menos, no es tan sencillo.
El origen de este mito, según apunta Isabel Pérez, dietista-nutricionista responsable del centro Nutrisalud Dietética, podría situarse en los años 70. "Una empresa llamada Peso Ideal incluía en sus consejos la recomendación de tomar fruta antes de las comidas principales para no llegar con tanto apetito a ellas", comenta la especialista. "Por desgracia, a la fruta le persiguen los mitos. Gran parte de ellos vienen de las dietas milagro de turno y otras tantas son perpetuados por profesionales sanitarios desactualizados", añade.
Efectivamente, la fruta es un alimento que tiene numerosas bondades para nuestra salud y cuyo consumo no está relacionado con el aumento de peso. Las naranjas, los plátanos, los kiwis o los caquis no sólo no engordan, sino que distintas investigaciones han demostrado que protegen contra el sobrepeso y la obesidad. "El aumento de la ingesta de frutas se asocia inversamente con cambios (disminución) en la circunferencia de la cintura", concluía una revisión de 17 estudios publicada en 2015 en la revista PLoS One. El alto contenido en fibra de estos alimentos les otorga un alto poder saciante, de ahí que muchas personas incrementen el consumo de fruta cuando han de acometer dietas de adelgazamiento.
Ahora, no es cierto que tomar fruta antes de comer tenga un efecto distinto a hacerlo después de comer. "El mito dice que la fruta antes de la comida se digiere mejor y engorda menos. No es cierto. El estómago es una bolsa de músculo que se llena de ácido clorhídrico (salfumán) durante la digestión, así que no está para remilgos y, según le va llegando, va digiriendo", escribe el profesor de Biotecnología y divulgador J.M. Mulet en un capítulo de su último libro, ¿Qué es comer sano?. "El aporte de kilocalorías de la fruta es el mismo antes o después de comer, al mediodía o por la noche, haciendo el pino con las orejas o sentado a la mesa", confirma Pérez.
El orden de los factores no es tan importante
En dietas de adelgazamiento, algunos dietistas-nutricionistas recomiendan incrementar el consumo de fruta y tomarla entre horas con el objetivo de llegar más saciados a las comidas principales. "Es cierto que tomarla antes de una comida principal ayudará a saciarnos por su aporte de agua y fibra (y la masticación que conllevan), pero podemos conseguir el mismo efecto tomando una ensalada o verdura de primer plato, dejando la fruta para el postre si preferimos tomarla así", asevera Pérez.
De hecho, de nada servirá tomar una manzana antes de comer si después nos vamos a meter entre pecho y espalda un Menú Whopper XXL con medio litro de Coca Cola y patatas fritas. "Lo importante es fijarse en nuestro patrón alimentario habitual. Ningún alimento aislado es responsable de que subamos o bajemos de peso. De poco vale la fruta antes de comer si luego me tomo un precocinado y un refresco con patatas fritas", afirma la nutricionista.
Aun así, tal y como explica Mulet en su libro, la fruta habría que tomarla "antes, durante y después de la comida" porque los españoles apenas la consumimos. ¿Y qué cantidad de fruta y verdura deberíamos tomar? Los especialistas siempre hablan de cinco raciones diarias. "Entendemos por una ración de fruta una pieza mediana (plátano, manzana, naranja) o un puñado / taza de frutas pequeñas (uvas, higos, frutos rojos), o una tajada de dos o tres dedos de las frutas grandes (sandía, melón, piña)". Asimismo, dentro de las cinco raciones al día, se recomienda que tres de estas raciones sean de fruta ("ideal una de cítricos o rica en vitamina C como los frutos rojos") y dos raciones de verdura, "una de ellas en crudo para preservar vitaminas", finaliza Pérez.
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