Estos días se ha viralizado la noticia de un veinteañero que había fallecido tras ingerir unos espaguetis. En concreto, este plato de pasta con tomate llevaba varios días preparado y a temperatura ambiente cuando el joven, tras pasarlo por el microondas, se lo comió. Murió a las pocas horas, tras sufrir náuseas y dolor de cabeza.Los hechos ocurrieron en Bélgica en 2008, y han sido ahora cuando se han conocido en todo el mundo por la publicación de un estudio relacionado y su viralización en un vídeo médico.
La razón de la muerte se encontraba en la bacteria Bacillus cereus, que se propaga por los alimentos y provoca intoxicaciones alimentarias en los humanos (y, en el peor de los casos, la muerte). La difusión de este caso ha servido para recordar la importancia de la refrigeración y conservación de los alimentos y de la higiene de la cocina. Y aunque probablemente nunca te comerías unos espaguetis o un trozo de carne que haya estado cinco días fuera del frigorífico, te preguntarás cuánto tiempo aguantan los alimentos sin conservar antes de tirarlos a la basura.
Alimentos perecederos: no más de dos horas
La carne, el pescado, los huevos y las sobras no han de estar más de dos horas a 4,44 grados Celsius, de acuerdo al Gobierno de Estados Unidos. Lo suyo es guardarlos en la nevera y tener la puerta cerrada todo lo posible. En caso de que haya un apagón en casa, la comida que está dentro de la nevera es segura siempre y cuando no pasen más de 4 horas sin electricidad. Las autoridades federales nos recomiendan que nunca probemos la comidad para "determinar su seguridad".
Si después de empezar a consumir las sombras todavía quedan restos, no han de quedarse a temperatura ambiente (FACUA la clasifica entre los 5 y los 65 grados Celsius). La OCU recomienda que es mejor congelarlos antes que conservarlos en el frigorífico durante varios días.
Quesos: depende del tipo
Siguiendo con las directrices de la Administración estadounidense, algunos quesos pueden mantenerse sin refrigeración y sin límite de tiempo y otros deben estar en la nevera. Sin embargo, es recomendable sacar un rato antes los que se refrigeran para servirlos a temperatura ambiente y potenciar su sabor.
Quesos como el parmesano o el provolone son seguros a temperatura ambiente, pero el queso rallado, el fresco u otros considerados como suaves, como el roquefort, la mozzarella o el requesón, no pueden estar más de dos horas a más de 4,44 grados Celsius. La misma regla se aplica a otros productos lácteos, como la nata.
Mantequilla: un rato para que se ablande si queremos cocinar
En cuanto a la mantequilla, se ha comprobado que las variedades con sal hacen que no proliferen muchas bacterias, por lo que esta es mejor que su variedad sin sal si queremos dejarla fuera de la nevera para que se ablande y usarla en platos. Ojo: si la dejamos uno o dos días pronto notaríamos cómo se enrancia. Sin embargo, aunque podamos tenerla un rato o unas horas en un sitio en el que no le dé el sol, la mejor forma de conservarla en frío.
Huevos y tortillas: no más de dos horas
Clásico es preparar la mayonesa sin huevo si se va a consumir al aire libre, sobre todo en verano. Si es comprada y ya la hemos abierto, los estadounidenses recomiendan que no esté fuera del frigorífico más de ocho horas por encima de 50 grados Fahrenheit, es decir, 10 grados Celsius. Por cierto, algunas salsas industriales, como kétchup o mostaza, pueden estar fuera de la nevera antes de abrirlas.
Los huevos revueltos o duros deben tirarse después de estar dos horas o más a temperatura ambiente, ya que entonces prolifera el crecimiento de bacterias. Y si en el supermercado en el que los compramos están refrigerados, hemos de mantener la cadena de frío para evitar que se echen a perder. Los platos preparados con huevo (postres, quichés…) también deben tirarse si pasan más de dos horas a la intemperie. Las tortillas, por ejemplo, deben meterse en la nevera una vez se enfríen, si no se van a consumir en el momento.
Verduras: cuidado con las cortadas o cocinadas
En el caso de verduras que ya vienen cortadas, como las bolsas de ensaladas, se aplica la misma regla de los 4 grados durante más de dos horas; sin embargo, lee el envase para saber qué recomienda el fabricante (por ejemplo, que aún abierta y en el frigorífico se consuma en pocos días). También se descartan los guisos que las lleven o las patatas al horno.
Si son crudas, como las que venden en el mercado o en la frutería, solo te tienes que preocupar por el color y el aspecto (moho, partes negras…) que tengan pasados unos días.
Frutas y hortalizas frescas: varios días
Plátanos, tomates, manzanas… Estos alimentos pueden estar varios días a temperatura ambiente hasta que se pudran. En los plátanos, la nota de atención te la dará la negrura de la piel. En naranjas y mandarinas, cuidado cuando veas un poco de moho en la piel. Las patatas sin cocinar pueden durar hasta más de una semana si están en un lugar oscuro, no demasiado caluroso y donde haya aire.
Tartas caseras: dos días
Si has preparado en el horno una tarta casera con fruta fresca (por ejemplo, manzanas), primero deja que se enfríe. Luego, si quieres, la puedes meter en la nevera, pero también se pueden conservar durante uno o dos días en la despensa o en un rincón seco y a una temperatura normal. Si huele raro, tírala.
Pan: unos cinco días
El pan se puede conservar fuera de la nevera varios días. De hecho, si lo metemos en la nevera se ablanda o enmohece. Eso sí, se endurecerá con el paso del tiempo, y en casos como el pan de molde es recomendable guardarlo en su envase, bien cerrado, o en otro recipiente. Un clásico para ablandarlo es la tostadora, aunque hay que consumirlo muy rápido, porque si no se vuelve a endurecer.
Refrigerados y congelados del supermercado: una hora
También puede pasar que no acabes de cocinar los alimentos, sino que los has comprado del supermercado para consumir en casa. La clave está aquí en la cadena de frío. Según explica FACUA, si ha pasado más de una hora entre que los sacaste de las baldas, pagaste y llegaste a tu hogar, la cadena de frío se ha roto y no vale volver a guardarlos. En estos casos, habría que consumirlos inmediatamente. Para ello, lo mejor es que, a la hora de comprarlos, los cojas cuando estés a punto de pagar y los pongas todos en la misma parte del carrito.
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