Cuando hablamos de frutas, las calorías son lo de menos. Estos alimentos están totalmente recomendados para las personas que siguen dietas de adelgazamiento. Normalmente, las frutas crudas se consumen en desayunos, postres y entre horas. Son alimentos muy versátiles y ricos en fibra, un componente que los hace especiales. En primer lugar, la fibra es buena para la salud intestinal y ésta, a su vez, contribuye a una buena salud general.
Además, la fibra de la fruta es la que les otorga su efecto saciante. Es decir, una pequeña cantidad de fruta reduce el hambre en mayor medida que otros productos que no contienen fibra. De esta manera, las personas que consumen fruta tienen menos ganas de comer un producto no saludable tras consumir una de estas piezas.
Finalmente, la fibra acompaña al azúcar de la fruta en su digestión. Esta característica provoca que su absorción se produzca de manera más lenta. Esto evita picos de insulina en la sangre, lo que es positivo para la salud.