El etanol es la sustancia que todo el mundo conoce como alcohol. En las bebidas fermentadas, como la cerveza o el vino, la proporción de alcohol o graduación no supera el 15%. Sin embargo, cuando las bebidas son destiladas, como en el caso de los licores, se puede aumentar la proporción hasta un 45%. Cada gramo de etanol contiene 7 calorías. Por esa razón, las bebidas que contienen más alcohol también son las que más calorías tienen.
Las bebidas alcohólicas con mayor graduación se suelen tomar en cantidades más pequeñas que las fermentadas. Los vasos de chupito, por ejemplo, suelen tener una capacidad aproximada de 30 mililitros. Cuando estas sustancias se toman formando parte de combinados, suelen encontrarse en una proporción más baja que la de la bebida con la que se acompaña.
En España, la manera de consumir alcohol destilado más frecuente es, precisamente, mezclándolo con refrescos. La combinación de calorías del alcohol y con las de las bebidas azucaradas convierte a estas copas en un trago muy calórico. Las calorías del alcohol no aportan macronutrientes importantes para la vida y, por tanto, no pueden formar parte de la cantidad de calorías diarias recomendada.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) cifró en 3,3 millones las muertes anuales que pueden atribuirse al consumo de alcohol. El alcohol crea dependencia y favorece la aparición de enfermedades en los consumidores.