A pesar de que tiene cierta lógica pensar que las vitaminas y minerales de los alimentos tienen amplios beneficios para la salud, no son pocos los que ven a los suplementos artificiales con los mismos ojos: si son vitaminas, mejoran la salud. Pero la realidad no sólo es muy diferente, sino que puede llegar a ser contradictoria.
Frente a la duda de si es mejor la dieta saludable o los suplementos, en cuanto a las vitaminas y minerales se refiere, un nuevo estudio no sólo ha demostrado una vez más que los alimentos son la mejor fuente de estos micronutrientes, sino que también habría un vínculo entre los suplementos y el aumento de riesgo de muerte.
Así lo afirmarían Fang Fang Zhang y sus colegas de la Escuela Friedman de Ciencias de la Nutrición y la Política de la Universidad de Tufts, en Massachusetts (Estados Unidos), cuyos resultados se han publicado en la revista Annals of Internal Medicine: existen beneficios en los nutrientes de los alimentos, pero no si proceden de suplementos.
El origen de las vitaminas o minerales importa
Por un lado, este nuevo trabajo confirma los beneficios de los micronutrientes siempre y cuando tengan un origen "natural", es decir, a través de los alimentos. Pero, por otro lado, también confirmaría algunos datos de trabajos anteriores, como el hecho de que consumir dosis elevadas de nutrientes a través de suplementos podría empeorar la salud. Un claro ejemplo serían los suplementos de calcio, que en niveles elevados aumentarían el riesgo de muerte por cáncer.
Para llegar a estas conclusiones, este estudio analizó la información de más de 27.000 adultos de los Estados Unidos que participaron en una encuesta nacional de salud entre los años 1999 y 2010. Para tal encuesta, los participantes debían contestar qué habían comido en las últimas 24 horas, y si habían tomado suplementos durante los últimos 30 días. Además, fueron seguidos durante una media de seis años.
En total, durante el estudio, murieron 3.600 participantes: 945 individuos a causa de enfermedades cardíacas y hasta 805 individuos por cáncer.
Según el estudio, consumir cantidades adecuadas de vitamina K o magnesio reduciría el riesgo de muerte por cualquier causa, en comparación a aquellos individuos que no consumen los niveles adecuados de dichos micronutrientes. Por otro lado, consumir niveles adecuados de vitamina A, vitamina K, zinc o cobre reduciría el riesgo de sufrir enfermedad cardíaca, en comparación a no llegar a los niveles adecuados.
Sin embargo, la fuente de estos micronutrientes también importa: solo aquellas vitaminas y minerales procedentes de los alimentos se relacionarían con un menor riesgo de muerte o enfermedad cardíaca, mientras que los suplementos no otorgarían beneficio alguno.
En contraposición, algunos suplementos serían incluso peligrosos. Por ejemplo, consumir 1.000 mg o más de calcio al día, procedente de suplementos, aumentaría el riesgo de muerte por cáncer. Pero no habría relación entre el calcio alimentario y el riesgo de muerte.
La conclusión del estudio es que la ingesta adecuada de nutrientes a través de los alimentos reduce el riesgo de muerte, mientras que el exceso de suplementos podría ser perjudicial. Por su parte, los investigadores reconocieron no haber medido adecuadamente el consumo de los participantes: se basaron en encuestas autoinformadas, que pueden ser inexactas.
El potencial peligro de los suplementos
Este estudio no es el primero que relaciona el consumo de suplementos con potenciales perjuicios para la salud. Durante el año 2011, otro trabajo sugirió que los suplementos de vitamina E aumentarían el riesgo de cáncer de próstata en hombres. Durante ese mismo año, otro estudio sugirió que el consumo de suplementos aumentaría el riesgo de muerte en general, tras un seguimiento de 20 años.
Otros estudios han detectado resultados similares, aunque en su caso las conclusiones tan solo desdeñaban los potenciales beneficios que suelen intentar vender. Por ejemplo, los suplementos de triptófano serían inútiles para mejorar la salud, y sobre todo para mejorar el estado de ánimo como suelen afirmar. Por su parte, los suplementos para el Alzheimer también pecarían de inutilidad, e incluso podrían ser peligrosos. Y, para finalizar, los suplementos de vitamina D habrían sido una moda muy cara para el sistema sanitario español. Una vez más han demostrado su inutilidad, a excepción de casos esporádicos, como afirmó un trabajo a cargo de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.
Actualmente los alimentos reales son la mejor fuente de vitaminas y minerales, y consumirlos en forma de suplemento no es lo mismo, ni parecido. Pero existen excepciones puntuales que sí deberían conocerse: en ciertas enfermedades la suplementación no solo es beneficiosa, sino también necesaria. Y en casos donde no existe una patología, como durante el embarazo, existen suplementaciones con una extensa evidencia científica, como el ácido fólico, que evitaría el riesgo de defectos en el desarrollo de los futuros neonatos. Finalmente, sufrir ciertas alergias alimentarias o intolerancias también podría precisar el uso de suplementos.
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