"Yo abro la nevera, como un yogur caducado y no me sienta mal". La frase, pronunciada por Miguel Arias Cañete, exministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, es historia ya de este país. Corría el año 2013 y el gobierno del Partido Popular quería impulsar un sistema de etiquetado para algunos alimentos que permitiese "un margen de maniobra mayor" donde pudiera haber "un problema de sabor, pero no de salud". La intención era crear una nueva norma para la comercialización del yogur sin que el consumidor pensase que estaba jugando con su vida al tomarse uno de estos productos lácteos una vez caducado.
En 2014, el Consejo de Ministros aprobaba el Real Decreto 271/2014, que permite desde entonces eliminar la fecha de caducidad de este popular producto y sustituirla por una fecha de consumo preferente. ¿Cuál es la diferencia entre los alimentos que tienen fecha de caducidad y los que tienen fecha de consumo preferente? Tal y como explica la OCU, mientras que los primeros pueden poner en riesgo nuestra salud si se consumen después de la fecha indicada, el consumo de los segundos no es peligroso a pesar de que sus propiedades organolépticas pueden sufrir una merma tras el paso de los días.
"Es la empresa que pone en el mercado los yogures la que decide si indica fecha de caducidad o fecha de consumo preferente. La mayoría de ellas han optado por mantener la fecha de caducidad", señala Beatriz Robles, tecnóloga de los alimentos, dietista-nutricionista y divulgadora. Así, la industria fija una u otra fecha en función de las características del producto que comercializa: desde el método de fabricación pasando por el envase o los ingredientes utilizados.
"A pesar de que el yogur es un alimento muy ácido, que en principio no debería tener problemas de seguridad una vez sobrepasada esa fecha, hay factores que pueden reducir esa duración. Por ejemplo, que se añadan otros ingredientes. La industria lo tiene en cuenta a la hora de establecer esa fecha", añade Robles.
La gran pregunta es: ¿cuánto tiempo aguanta un yogur una vez sobrepasada la fecha de consumo preferente? ¿Tres días? ¿Una semana? ¿Dos semanas? La Academia Española de Nutrición y Ciencia Alimentaria (ahora Academia Española de Nutrición y Dietética) señaló en su momento que "si se ha mantenido bien refrigerado, un plazo orientativo puede ser de entre dos y tres semanas después de la fecha recomendada", siempre y cuando esté en buenas condiciones.
La experta en seguridad alimentaria matiza estas recomendaciones generales. "En términos generales, la recomendación sería respetar las fechas indicadas por el fabricante: si es fecha de caducidad, no comerlo vencido el plazo. Si es fecha de consumo preferente, se podría consumir sin riesgos", apunta Robles. Así, en el caso de que nos encontremos ante un yogur natural "sin más ingredientes que la leche o leche en polvo", no habría tampoco ningún problema desde el punto de vista de la seguridad alimentaria.
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