Un hombre se come una hamburguesa doble.

Un hombre se come una hamburguesa doble.

Nutrición

Ésta es la razón por la que no puedes parar de comer 'guarradas' en época de exámenes

Un estudio apunta que el estrés puede llegar a fomentar el consumo de alimentos altamente palatables como la comida rápida.

4 mayo, 2019 02:06

El estrés durante los exámenes aumenta el apetito por la comida rápida, según ha puesto de manifiesto un estudio realizado por expertos de la Universidad de Gante (Bélgica) y presentado en el Congreso Europeo sobre Obesidad (ECO, por sus siglas en inglés) en Glasgow (Reino Unido).

"Se necesita una dieta saludable para un rendimiento académico y mental óptimo. Desafortunadamente, nuestros hallazgos sugieren que los estudiantes tienen dificultades para comer de manera saludable y se encuentran adoptando malos hábitos alimenticios durante los exámenes", han dicho los investigadores.

Los resultados se basan en una encuesta anónima de 232 estudiantes (de 19 a 22 años) reclutados por la Universidad de Ghent y otras universidades de Bélgica. Antes y después del período de examen, se pidió a los encuestados que revelaran el estrés percibido y completaran cuestionarios que evaluaban los cambios en sus patrones dietéticos y diversos factores psicosociales.

Los investigadores analizaron la relación entre el estrés del examen y el cambio en la calidad de la dieta, y cómo estas asociaciones fueron modificadas por factores psicosociales como, por ejemplo, el comportamiento alimentario (emocional/externo/restringido), el motivo de elección de alimentos, preferencia de gusto, sensibilidad de recompensa/castigo, impulsividad, afrontamiento estrategias, comportamiento sedentario y apoyo social.

Durante el período de examen de un mes de duración, a los participantes les resultó más difícil seguir una dieta saludable, y solo una cuarta parte cumplió con los 400 gramos de frutas y verduras que se recomiendan al día por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, los estudiantes que reportan niveles más altos de estrés tienden a comer bocadillos con más frecuencia.

Los autores reconocen que sus hallazgos muestran diferencias de observación, por lo que no se pueden extraer conclusiones firmes sobre la causa y el efecto. De hecho, señalan varias limitaciones, entre ellas que los patrones dietéticos se basaron en datos autoinformados que pueden haber introducido información y sesgo de recuerdo; y que la mayoría (92%) de los participantes eran mujeres, que tienden a preferir los alimentos dulces y grasos como artículos de comodidad, lo que puede limitar la generalización de los resultados a los hombres.

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