Los frutos secos forman parte de la base de una alimentación saludable junto con las frutas, las verduras y las legumbres. De estas semillas cada vez se conocen más datos, desde que es el mejor alimento para proteger el corazón, hasta que es uno de los secretos para fortalecer el semen. Y, a pesar de la creencia tan extendida, no engordan como tal. Las propiedades de los cacahuetes, avellanas, nueces o pistachos son cada vez más conocidas y algunas personas asocian que cuanto más caros, mejor, lo que lleva a algunos consumidores a gastarse casi 50 euros por un kilo de frutos secos.
A disposición de todos los consumidores -que puedan permitírselo- se pueden encontrar estas semillas en su versión gourmet a precios bastante elevados: una bolsa de mix de frutos secos por 48,75 euros el kilo, un bote similar por 39,50 la misma cantidad y otro envase que mezcla estos snacks por 34,44 euros el kilo. En contraposición a estos precios, una bolsa convencional de este producto cuesta unos siete euros.
Pero la realidad es que, a pesar de la diferencia de precio, los más caros no son mejores e incluso pueden ser más insanos que los normales (al natural o tostado sin sal), según explica Natalia Moragues, dietista-nutricionista y farmacéutica, a EL ESPAÑOL. "Los gourmet llevan añadidos como sal rosa del Himalaya, ciertos azúcares o salsa barbacoa, por lo que el producto ya no es saludable", señala la especialista, que también es la presidenta de la asociación Dietética Sin Patrocinadores.
Cuando recurrimos a los productos más caros (que generalmente tienen añadidos) "estamos olvidando el motivo por el que se recomienda el consumo de los frutos secos, que es el valor nutricional. En el momento que metemos todos estos aditivos llevan elementos que no son saludables", explica la nutricionista.
La especialista señala que hay gente que está dispuesta a pagar más "porque piensan automáticamente que lo más caro es mejor". "Pero desde el punto de vista nutricional, no tiene por qué", añade. Además, opina que "siempre hay gente que quiere estar a la última y le parece que lo mejor es comprar lo más caro".
En este sentido, Moragues indica que los frutos secos que tienen añadidos son demandados por la población porque "todo lo que tenga sal o azúcar es más palatable (agradable en boca)". "Para los paladares acostumbrados a las cosas dulces o aperitivos muy salados estos frutos secos tiene un extra", añade.
Estos azúcares, mieles o salsas que ponen a las semillas si que añaden un gran valor calórico al producto, pero si se consumen al natural, la realidad es que pueden ser beneficioso en la prevención del síndrome metabólico y el sobrepeso, según un estudio publicado en la revista Nutrition & Metabolism. Es decir, se trata de un alimento que, además de no engordar, puede ser muy útil para combatir la obesidad dentro de un patrón dietético saludable.
Este no es el único estudio que ha llegado a esta conclusión. Un metaanálisis publicado el pasado año en la revista European Journal of Nutrition, que incluyó el estudio de 373.000 hombres y mujeres de 25 a 70 años de edad a lo largo de ochos años, concluyó que "una mayor ingesta de frutos secos se asocia a un menor riesgo de sobrepeso u obesidad" frente a aquellos sujetos que no incluyen estos alimentos en su dieta.
Moragues señala que los frutos secos en general "son un alimento muy interesante a nivel nutricional porque son ricos en fibra y aportan ácidos omega 3". "Son fabulosos cuando se toman al natural o tostado y sin sal" y se debe consumir -a lo sumo- un puñado al día, según la nutricionista.
[Más información: No, los frutos secos no engordan: el adiós definitivo a un mito sin sentido].
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