Cuando llega el verano lo primero que nos viene a la cabeza es la cerveza fría y el chiringuito de verano. La cerveza es la bebida con alcohol por excelencia, obtenida tras fermentar uno o varios cereales (a menudo cebada) y aromatizar con lúpulo. Lleva en torno a un 5% de alcohol, menos que el vino, pero bastan dos cañas para dar positivo en un control. Un vaso tiene 88 kcalorías. En cualquier caso, su bajo contenido calórico no nos debe llevar a engaño: el consumo de alcohol no es recomendable en ningún caso, porque sus riesgos -entre ellos, el de aumento de cáncer- siempre exceden a los supuestos beneficios para la salud.