La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, dependiente del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, informa de que ha tenido conocimiento a través del RASFF (Red de Alerta Alimentaria Europea), de una notificación de alerta trasladada por las Autoridades Sanitarias de Reino Unido relativa a la presencia de leche no declarada en unas tortitas de arroz.
Los datos del producto implicado son las Tortitas de arroz con cobertura de chocolate y arroz con leche de la marca ORGANIC AMISA, vendidas en bolsas de 100 gramos. El lote objeto de la alerta es el 444 17:491, con fecha de consumo preferente: 15/11/2019. El producto asegura ser "Lactose free", lo que supone una desinformación de riesgo para el consumidor.
El producto afectado ha sido fabricado en Países Bajos y se ha distribuido a través de Reino Unido a varios Estados Miembros, incluyendo España -concretamente, en Madrid. Se ha procedido a informar de estos hechos a las Autoridades competentes de las Comunidades Autónomas a través de la Red de Alerta Alimentaria nacional (SCIRI).
Como medida de precaución se recomienda a aquellos consumidores alérgicos a la leche o intolerantes a la lactosa que pudieran tener el producto anteriormente mencionado en sus hogares, que se abstengan de consumirlo. El consumo de este producto no comporta ningún riesgo para el resto de consumidores.
Quién debe evitar la lactosa
Los expertos diferencian entre alergia a la proteína de esta leche e intolerancia a la lactosa, que es un carbohidrato. "Cuando se habla de alergia el sistema inmune se ve involucrado y provoca diferentes reacciones como picores, rojeces o vómitos. Se diagnostica con un análisis de sangre para medir el anticuerpo involucrado (inmunoglobulina E) y se tiene que evitar consumir cualquier producto derivado de la leche de vaca", señala Anaïs Rico, investigadora farmacéutica y nutricionista del Proyecto SUN de la Universidad de Navarra y también miembro de CIBEROBN.
En el caso de la intolerancia a la lactosa, Rico explica que el sistema involucrado es el digestivo y se produce cuando una enzima (la lactasa), que se encarga de procesar la lactosa, no se produce o se hace de forma insuficiente, provocando dolor, hinchazón, flatulencias o diarrea. Se calcula que entre 10% y un 15% de la población mediterránea presenta esta intolerancia, que se soluciona consumiendo productos sin lactosa.
Según Serra Majem, este problema es más frecuente en civilizaciones que han ingerido poca leche de vaca. Por su parte, sobre quienes afirman que les sienta mal la lactosa, De la Roza se pregunta: "¿Cómo pueden saber que es precisamente la lactosa lo que les sienta mal? En personas sin ningún trastorno metabólico es absurda esa afirmación".
Alternativas animales y vegetales
Es posible que los productos que se publicitan como "sin lactosa" incluyan en realidad lactasa de forma que los intolerantes puedan digerirla. Otra opción son los productos de base vegetal (leches de soja, coco, almendra o arroz) que tienen como contrapartida altas concentraciones de azúcar que se añaden para que resulten más agradables de sabor.
En cuanto a las alternativas animales a la leche de vaca, como son la de burra, la de cabra o la de camella, si nos centramos en la intolerancia a la lactosa, es cierto que las personas que la sufren toleran mejor otras leches alternativas. Al tratarse de animales distintos, pueden ser leches que no afecten a los alérgicos. Pero los productos que llegan a la cadena de consumo pueden sufrir contaminaciones cruzadas.
Tanto la leche de oveja como la leche de cabra poseen un nivel de azúcares similar a la leche de vaca, siendo 4,7 gramos y 4,5 gramos por cada 100 mililitros respectivamente, en comparación a los 5 gramos/100 mililitros que contiene la leche de vaca. Por tanto, podríamos decir que no son una buena alternativa a la leche de vaca si se quiere evitar la lactosa.