Las personas que siguen la denominada 'Dieta paleolítica' o 'paleodieta', basada en sus rasgos generales en la alimentación que sostuvo a los seres humanos antes de dejar de ser cazadores-recolectores para convertirse en agricultores, presentan una cantidad dos veces superior a la habitual de un marcador clave en sangre vinculado con las enfermedades de corazón.
Así lo ha revelado un estudio sobre la influencia de la dieta en el microbioma gastrointestinal, o la relación de bacterias beneficiosas y nocivas que habitan en nuestro estómago e intestinos. El estudio, publicado en el European Journal of Nutrition, ha sido llevado a cabo por investigadores de la Edith Cowan University (ECU) de Perth, Australia.
Los investigadores compararon a 44 personas que seguían la 'paleodieta' con otras 47 que se alimentaban según la dieta australiana tradicional. La primera propugna consumir carne roja, verdura, nueces y fruta con limitación, excluyendo el grano, las hortalizas, los lácteos, la sal y el azúcar y aceite refinados. La segunda también es abundante en carne, la primera importación australiana, pero también rica en cereales y fruta así como en leche, las producciones que trajeron los colonos europeos.
El objetivo del trabajo se puso en medir los niveles de N-óxido de trimetilamina (TMAO por sus siglas en inglés) en la sangre de los participantes. Si el TMAO, un compuesto orgánico producido por el microbioma intestinal, es elevado, el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular se incrementa. En Australia, apuntan los autores, una persona muere cada 12 minutos por este motivo; en la Unión Europa, suponen 4,3 millones de muertes anuales, 2,1 millones de las cuáles se podrían relacionar con la mala alimentación generalizada.
Según explica la investigadora principal, la Dra. Angela Genoni, la popularidad creciente de la 'paleodieta', que se ha abierto hueco entre futbolistas y otros deportistas de élite, justifica la importancia de entender el impacto que puede tener en la salud general. "Muchos de los defensores de la Dieta Paleo afirman que es beneficiosa para la salud del microbioma intestinal, pero nuestro trabajo sugiere que, en lo que a la producción de TMAO en el intestino se refiere, comer así podría estar teniendo un efecto adverso sobre la salud del corazón", explica.
¿Dónde estaría la problemática entre un modo de alimentación u otro? "Comprobamos también quelas poblaciones de especies de bacterias benéficas eran inferiores en los grupos del estilo Paleolítico", revela Genoni. "Esto se asoció a la reducción en la ingesta de carbohidratos, y puede tener consecuencias como el desarrollo de otras enfermedades crónicas a largo plazo".
Por otro lado, el TMAO elevado en el grupo de la 'paleodieta' se vinculó a la falta de consumo de grano entero en sus hábitos alimentarios. "Descubrimos que las carencias en grano entero iban en directa proporción con los niveles del marcador de riesgo cardiovascular", cuenta la investigadora. "Esto también puede tener relación con las menores incidencias de enfermedades del corazón entre las poblaciones que ingieren altas cantidades de grano entero".
Estos excesos en el marcador de riesgo cardiovascular también se tradujeron en un aumento en la concentración de la bacteria que lo produce en el microbioma de los comedores 'paleo'. Genoni insiste: "Excluyen todo el grano (trigo, maíz, arroz, avena...) pero sabemos que son una fantástica fuente de almidones resistentes y de muchas otras fibras fermentables que son indispensables para garantizar la salud del microbioma".
Los otros problemas de la 'Paleo'
Hay otros factores de riesgo, añade la investigadora. "La Dieta Paleo incluye raciones diarias superiores de carne roja, que proporcionan a su vez los compuestos precursores que permiten producir el TMAO". Además, indica Genoni, la alimentación al estilo paleolítico implicaba consumir el doble de la cantidad recomendada de grasas saturadas, las también conocidas como "grasas malas" que, sin ser tan perniciosas como se tiende a creer, son "preocupantes" según la doctora a ese nivel.
Uno de los reproches más habituales hacia la 'paleodieta' es que puede incrementar la deficiencia de calcio, vitamina D y vitamina B. Otras carencias pueden paliarse con alimentos 'permitidos', como el pescado, el aguacate y las nueces para las grasas insaturadas; pero aunque la recomendación de evitar los ultraprocesados es positiva en general, la necesidad de recurrir siempre a alimentos frescos eleva el coste de comer al estilo 'paleo' sin que se hayan probado beneficios adicionales.
Existe, por último, un debate conceptual: las frutas y verduras que consumimos hoy en día, e incluso los animales, ya han sido modificadas por el cultivo y crianza del hombre, y algunas no fueron probadas por nuestros ancestros hasta el descubrimiento del Nuevo Mundo. Por muy purista 'paleo' que se quiera ser, no hay manera -ni motivo en realidad- de echar marcha atrás en el tiempo.
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