Los alimentos frescos en general suelen tener una fecha de caducidad aproximada, más o menos distante de su momento de compra.
Cuando más fresco es un alimento, menos tiempo suele durar y, por tanto, más pronto debería consumirse para aportar todos sus beneficios sin poner en peligro la salud humana.
Sin embargo, existen algunos alimentos, conservados de diversas formas que no implican un excesivo procesado, que pueden llegar a durar años si se almacenan como es debido. Hoy repasaremos algunos de estos alimentos.
Hierbas congeladas
Las hierbas en general, la mayoría de ellas usadas en forma de especias para diversos platos, pueden estropearse rápidamente dependiendo de su forma de conservación. Sin embargo, congelarlas puede alargar gratamente su vida media, incluso hasta un año.
Para ello, habría que cortarlas de forma muy fina y conservarlas en bandejas de cubitos de hielo, a las cuales se les agregaría agua, pero con las hierbas en su interior. Cuando se quiera usar dicha hierba, tan solo habría que sacar el cubito de hielo y usarlo a conveniencia. Como alternativa, también puede usarse aceite de oliva en la congelación, para luego descongelarla directamente en la sartén.
Fruta y verdura congelada
Tanto la fruta como la verdura fresca son un plato excelente y muy nutritivo. Sin embargo, su congelación puede alargar muchísimo su vida. En el caso de la fruta se puede congelar y consumir hasta un año después, mientras que algunas verduras pueden aguantar hasta año y medio congeladas.
De hecho, las verduras congeladas inmediatamente después de cosecharse suelen guardar más sabor y nutrientes que la verdura fresca, ya que esta última suele sufrir los perjuicios del transporte hasta los locales comerciales, mientras que la verdura congelada suele exponerse en menor grado a dichos perjuicios.
Mantequillas de frutos secos
Las mantequillas a base de frutos secos en general, ya sean de cacahuete, almendras, anacardos o cualquier otro, suelen conservarse en tarros de cristal al vacío. Si dichos tarros no se abren, pueden llegar a durar hasta dos años en perfectas condiciones.
Por otro lado, una vez abierto el tarro, algunas mantequillas comerciales pueden durar hasta seis meses, pero las mantequillas más naturales "solo" duran alrededor de tres meses.
Verduras en escabeche
El encurtido es un proceso de conservado específico para preservar la verdura durante más tiempo que si está en fresco, llegando a alargar su vida hasta dos años, siempre y cuando no se abra el paquete en cuestión.
Aún así, tras la apertura del paquete, pueden llegar a durar hasta un año en la nevera, aunque no todas las verduras en escabeche son aptas para el refrigerador y debería aparecer en el etiquetado.
Frutos secos congelados
Siempre y cuando el paquete esté bien sellado, los frutos secos pueden aguantar en el congelador hasta dos años, siendo las almendras los frutos secos más duraderos.
La estructura interna de estos alimentos ayuda a mantener su frescura, y las almendras en particular son más bajas en grasa y altas en vitamina E, disminuyendo su ranciedad.
Legumbres enlatadas
Las legumbres enlatadas, o en tarros de conserva, son un alimento muy versátil. Pueden aguantar dos años o incluso más, aunque dependiendo del tiempo que lleven en estado de conserva es posible que sea necesario más tiempo para cocinarlas correctamente.
Pescado en conserva
Las típicas y conocidas latas de pescado, como el atún, bonito del norte, caballa, sardinas o incluso salmón, pueden llegar a conservarse en perfecto estado durante tres años.
Sin embargo, una vez abiertas, aguantarían un máximo de tres o cuatro días en la nevera, pero hasta dos meses si se congelan.
Vinagre balsámico
El vinagre balsámico, cuyo uso en ensaladas se ha extendido con los años, puede llegar a durar entre tres o cuadro años en la despensa según los expertos.
Eso sí, debe almacenarse en un recipiente hermético, y en un lugar fresco y oscuro, lejos del calor y la luz solar. Una vez abierto, su duración se reduce a los dos años si se busca conservar su sabor.
Jarabe de arce y el azúcar
El jarabe de arce, muy consumido en los Estados Unidos, puede llegar a durar indefinidamente si se congela, y hasta dos años a temperatura ambiente.
Sin embargo, cabe estacar que el jarabe puro de arce no llega jamás a congelarse, simplemente se almacena a baja temperatura, pero no llega al punto de congelación.
El azúcar blanquilla y el azúcar moreno, por su parte, pueden durar indefinidamente. Siempre y cuando se conserve en un frasco de vidrio, claro, pues una vez abierta la bolsa donde suelen almacenarse para su venta, pierden su sabor. Así mismo, el lugar de almacenaje también debe ser fresco, oscuro y seco, libre de humedad.
Legumbres secas, arroz y sal
Por un lado, las legumbres secas, sin procesado previo, pueden llegar a durar indefinidamente si se conservar correctamente, siempre en recipientes de vidrio herméticos y en lugares oscuros, frescos y secos. Sin embargo, tras el paso de un año de su recolección, necesitarán tiempos de cocción más largos.
Por otro lado, la sal, de forma similar a lo que sucede con el azúcar, también dura "para siempre". Una vez más, si se conserva correctamente, en recipiente sellado o de cierre hermético y evitando la humedad y los posibles insectos.
Finalmente, el arroz, un elemento básico en la historia de la humanidad y consumido por más de la mitad de la población del planeta, también tiene una larga esperanza de vida. Sin necesidad de procesado previo, y en crudo, puede durar indefinidamente si se resguarda en un recipiente hermético en un lugar fresco y seco, sin precisar frío ni congelado.
Miel
Para terminar esta lista de alimentos escasamente perecederos, cabe recordar la miel y su longevidad: a pesar de que muchos comercios avisan de fechas de caducidad, la miel puede durar para siempre.
De hecho, se sabe que existe el caso de un tarro de miel encontrado en una tumba egipcia con 3.000 años de antigüedad, y dicha miel aún era comestible.