Uno de los condimentos que tiene una mayor presencia en cualquiera de los alimentos que consumimos cada día es la sal. No solo por aquella que añadimos nosotros cuando cocinamos o nos preparamos un tentempié, sino porque muchos de los alimentos procesados ya la incluyen de forma casi sistemática entre sus ingredientes. Su consumo es esencial para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, ya que nos aporta sodio. "El sodio interviene en el equilibrio ácido-base y ayuda a mantener el equilibrio de los líquidos corporales dentro y fuera de las células", afirman desde la Fundación Española del Corazón. Además, ayuda a que los músculos respondan correctamente a los estímulos y ayuda a que los músculos respondan correctamente a los estímulos.
A pesar de estos indudables beneficios, consumirlo en exceso puede tener repercusiones muy negativas. Según la OMS, los adultos no deberían consumir más de 5 gramos de sal al día, lo que ayudaría a reducir el riesgo de sufrir tensión arterial y enfermedades cardiovasculares. De hecho, en un estudio publicado en Circulation, revista de la Asociación Americana del Corazón, hace pocos meses, se apunta que el consumo excesivo de sodio es uno de los tres principales factores de riesgo evitables asociados a las enfermedades cardiovasculares. Entre las conclusiones se señalaba que reducir la ingesta de sodio en un 30% podría ayudar a disminuir la presión arterial y a evitar otros 40 millones de muertes, y eliminar las grasas trans podría prevenir 14,8 millones de fallecimientos prematuros.
Es por ello que es conveniente evitar abusar de la sal. Es cierto que esto puede conllevar una pérdida de sabor en muchos platos y, en consecuencia, hacerlos menos apetecibles. No obstante, existen muchos otros productos que pueden actuar como sustitutivos, y ofrecer un agradable sabor al tiempo que nos ayudan a cuidar nuestra salud. Aquí os presentamos algunas de las especias que pueden cumplir con esta saludable función.