Alerta alimentaria: Sanidad pide que no se consuma esta margarina
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) alerta de la presencia de proteínas de leche no declaradas en un producto de la marca Naturli.
2 septiembre, 2019 02:59Noticias relacionadas
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), dependiente del Ministerio de Sanidad, ha emitido una alerta para avisar de la presencia de proteínas lácteas no declaradas en una alternativa vegana a la mantequilla. En concreto, se trata de un producto ecológico y sin leche de la marca Naturli, procedente de Dinamarca.
Según ha detallado la Aesan en el comunicado publicado en su web, la agencia española tuvo conocimiento de esta alerta gracias a que las autoridades sanitarias del Reino Unido emitieron un aviso a través de la Red de Alerta Alimentaria Europea (RASFF). El producto en cuestión está envasado en un recipiente de plástico con funda de cartón de 225 gramos. Así, los lotes del producto señalado tiene una fecha de consumo preferente del 30/08/2019 hasta el 27/11/2019.
Esta suerte de mantequilla para veganos habría sido distribuida por distintos locales comerciales de Cataluña, según ha podido saber la Aesan. "Se ha procedido a informar de estos hechos a las autoridades competentes de las comunidades autónomas a través de la Red de Alerta Alimentaria Nacional (Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información - SCIRI)", asegura la agencia española.
Así, "como medida de precaución", recomiendan a los consumidores alérgicos a las proteínas de la leche que pudieran haber adquirido este producto "que se abstengan de consumirlo". De la misma forma, la Aesan apunta que "el consumo de este producto no comporta ningún riesgo para el resto de los consumidores".
Quién debe evitar la lactosa
Los expertos diferencian entre alergia a la proteína de esta leche e intolerancia a la lactosa, que es un carbohidrato. "Cuando se habla de alergia el sistema inmune se ve involucrado y provoca diferentes reacciones como picores, rojeces o vómitos. Se diagnostica con un análisis de sangre para medir el anticuerpo involucrado (inmunoglobulina E) y se tiene que evitar consumir cualquier producto derivado de la leche de vaca", señala Anaïs Rico, investigadora farmacéutica y nutricionista del Proyecto SUN de la Universidad de Navarra y también miembro de CIBEROBN.
En el caso de la intolerancia a la lactosa, Rico explica que el sistema involucrado es el digestivo y se produce cuando una enzima (la lactasa), que se encarga de procesar la lactosa, no se produce o se hace de forma insuficiente, provocando dolor, hinchazón, flatulencias o diarrea. Se calcula que entre 10% y un 15% de la población mediterránea presenta esta intolerancia, que se soluciona consumiendo productos sin lactosa.
Según Serra Majem, este problema es más frecuente en civilizaciones que han ingerido poca leche de vaca. Por su parte, sobre quienes afirman que les sienta mal la lactosa, De la Roza se pregunta: "¿Cómo pueden saber que es precisamente la lactosa lo que les sienta mal? En personas sin ningún trastorno metabólico es absurda esa afirmación".
Alternativas animales y vegetales
Es posible que los productos que se publicitan como "sin lactosa" incluyan en realidad lactasa de forma que los intolerantes puedan digerirla. Otra opción son los productos de base vegetal (leches de soja, coco, almendra o arroz) que tienen como contrapartida altas concentraciones de azúcar que se añaden para que resulten más agradables de sabor.
En cuanto a las alternativas animales a la leche de vaca, como son la de burra, la de cabra o la de camella, si nos centramos en la intolerancia a la lactosa, es cierto que las personas que la sufren toleran mejor otras leches alternativas. Al tratarse de animales distintos, pueden ser leches que no afecten a los alérgicos. Pero los productos que llegan a la cadena de consumo pueden sufrir contaminaciones cruzadas.
Tanto la leche de oveja como la leche de cabra poseen un nivel de azúcares similar a la leche de vaca, siendo 4,7 gramos y 4,5 gramos por cada 100 mililitros respectivamente, en comparación a los 5 gramos/100 mililitros que contiene la leche de vaca. Por tanto, podríamos decir que no son una buena alternativa a la leche de vaca si se quiere evitar la lactosa.
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