El interés por la nutrición y la dietética es una tendencia con poco tiempo. Mientras que antes se comía para tener energía o para disfrutar la comida, cada vez más personas son conscientes de que una buena alimentación proporciona salud y bienestar. En esta transición hacia el consumo inteligente, ciertos alimentos han sido demonizados y endiosados. Y es más, algunos de los productos prohibidos han sido redimidos tras entender mejor su papel en la dieta.
Aitor Sánchez García, dietista-nutricionista, tecnólogo de los alimentos y autor del blog Mi dieta cojea, admite en una publicación que es fácil encontrar información contradictoria sobre nutrición. Los profesionales que no renuevan su información, ciertos intereses de la industria, grupos de alimentos que todavía no se conocen en profundidad y términos que se malentienden son algunos de los factores que favorecen este galimatías.
El experto explica también que "comer es un acto político". Es decir, las religiones, la búsqueda de la sostenibilidad u otros factores condicionan las elecciones nutricionales de una gran parte de consumidores. Los nutricionistas, en este sentido, deben adaptarse a ellos. Sin embargo, Sánchez también habla de extremistas y fanáticos que optan por alimentaciones radicales, como, por ejemplo, consumir sólo comida cruda. Las recomendaciones de este tipo de nutricionistas "no buscan la evidencia científica objetiva que pueda contribuir a un mayor entendimiento del área, sino a justificar únicamente su postura".