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    Carne mechada

    La carne mechada está en boca de todos estos días y no precisamente por buenos motivos, pero muchos no saben qué es. Se trata de carne de cerdo cocinada con su propia grasa, que después se abre para introducir ciertos ingredientes en su interior, como tiras largas de grasa de tocino o panceta. De hecho, la Real Academia Española de la Lengua define "mechar" como la acción de introducir mechas de tocino gordo en la carne que se ha de asar o empanar. Se calcula que 100 gramos de este alimento, muy consumido en Andalucía, tiene alrededor de 208 calorías y 11,4 gramos de grasa. Además, como toda carne procesada, la mechada es considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) un alimento asociado a un aumento del riesgo de cáncer colorrectal, por lo que su inclusión en la dieta diaria no es recomendable. 

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    Carne picada envasada

    La carne picada es un producto que se utiliza en muchas recetas. Incluso muchos padres recurren a ella para que sus hijos coman mejor. Sin embargo, casi siempre se suele adquirir en los supermercados en bandejas ya envasada.

    En un estudio de la OCU sobre la carne picada envasada se revela que la oferta disponible de carne picada en los supermercados es de peor calidad que la adquirida en las carnicerías y con muchos más añadidos como almidones, fibras, soja o sulfitos que la carne picada en sí misma. Además,  estos preparados contienen más de un 20% de grasa lo que hace que el producto deje de ser todo lo saludable que debería.

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    Kebab de ternera

    El kebab es una de las opciones de comida rápida que más se ha consolidado y abundan los establecimientos que lo sirven a precios atractivos. Pero tienen poco de folclore turco y mucho de preparado industrial con almidón, conservantes y carnes de animales distintos al prometido. Una bomba calórica envuelta en pan de pita y lista para tu estómago. Una unidad de este producto cárnico supone 739 calorías y 4,5 gramos de sal. 

    Si vamos al caso concreto de los kebab de ternera, según un estudio elaborado por la OCU en el que se analizaron hasta 25 muestras de este producto vendidos en diferentes puntos de la ciudad de Madrid, tan solo uno contenía un 100% de ternera. En el resto se encontraron restos de carne de otros animales, entre ellos pollo, caballo y otras aves.

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    Nuggets de pollo

    Los nuggets de pollo son ese complemento perfecto que, aunque estemos repletos, siempre hay un hueco para ellos. Pero, ¿son tan sanos como los pintan en la publicidad de los establecimientos de comida rápida?

    Según un estudio de un grupo de investigadores del Centro Médico de la Universidad de Misisipi, publicado en el American Journal of Medicine, la respuesta es no. Los autores analizaron una amplia muestra de este producto y todos ellos contenían un 50% o menos de tejido muscular, pechuga o muslo de pollo y un 60% de grasas, cartílagos y huesos. Por cada 100 gramos de este aperitivo, se consumen 296 calorías y 19 gramos de grasa. Por tanto, se trata de un producto altamente calórico, grasiento y nada saludable.

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    Zurrapa

    La zurrapa de lomo es típica del sur de Andalucía, principalmente de la provincia de Málaga. Se suele comer untada en tostadas. Es un plato de cerdo frito en manteca de cerdo y sal que se va deshilachando y al que, opcionalmente dependiendo de cada cocinero, se le van añadiendo especias.

    Solo 100 gramos de zurrapa tienen 751 calorías de las cuales un 92% son grasas.

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    Torreznos

    Los torreznos son en definitiva trozos de panceta frita que efectivamente son deliciosos, pero también altamente calóricos. Este snack nos aporta por cada 100 gramos 634 calorías y 50 gramos de grasa, por lo que es un aperitivo no apto para aquellos que sigan una dieta ni los que pretendan seguir una alimentación saludable.