• 1 de 5

    Paradigmas que cambian

    La nutrición es una disciplina relativamente joven, que bebe de distintas ramas de la ciencia, y cuyo objetivo es estudiar los procesos fisiológicos y metabólicos que ocurren en nuestro organismo tras la ingesta de alimentos. Sucede que la ciencia evoluciona, y algunos alimentos que fueron demonizados durante años como la leche entera, los huevos o los frutos secos, ahora son perfectamente válidos para nuestra dieta. Ocurre también al revés: hay alimentos que fueron considerados buenos durante décadas y ahora resulta que no lo son tanto. 

    El último estudio que ha levantado la liebre ha sido publicado esta misma semana y contradice a la mismísima OMS. Según este extensísimo trabajo, ahora la carne roja no sería tan mala como se apuntaba en un principio. De hecho, los autores califican de “insuficientes” las pruebas que había hasta ahora, que apuntaban sobre el potencial carcinógeno de este alimento. En realidad, la carne no es el único alimento sobre el que se ha afirmado primero una cosa y luego se ha dicho otra.

  • 2 de 5

    Pan blanco

    El pan blanco fue un alimento fundamental en épocas de carestía. Lo explicaba el dietista-nutricionista Aitor Sánchez hace algún tiempo en otro artículo publicado en EL ESPAÑOL. "En una época de guerra, el consumo de pan blanco podría estar justificado. Las harinas permitían almacenar un alimento energético durante meses. Pero ahora, en un contexto en el que es tan fácil encontrar alimentos sanos y con un aporte similar de nutrientes, resulta injustificado que siga en la base".

    Miguel Ángel Martínez-González, epidemiólogo y catedrático de la Universidad de Navarra, califica el pan blanco como una “bomba para la salud de aquellas personas que tienen sobrepeso y obesidad”. Tal y como explicó el investigador, el pan blanco actual, que se elabora con harinas refinadas y no incluye el grano entero, produce grandes picos de glucemia que acaban provocando un sobreesfuerzo en el páncreas. Esto puede acabar provocando una diabetes u otros problemas de tipo cardiovascular.

    ¿Hay alguna tipo de pan que merezca la pena desde el punto de vista de la salud? Sí, el pan integral, que tiene un alto contenido en fibra y que ha de estar elaborado al menos en un 75% con harina integral.

  • 3 de 5

    Chocolate negro o puro

    Muchas personas suelen creer que el chocolate negro o el puro no sólo son mejores desde el punto de vista nutricional, sino que, para más inri, son saludables. El motivo: el cacao ha sido asociado en distintas ocasiones con distintos beneficios cardiovasculares. La realidad es que muchas de las variedades que nos venden como chocolate puro o negro en el supermercado tienen un porcentaje insuficiente de cacao y excesivo de azúcar. 

    La legislación ni siquiera regula estos términos que encontramos habitualmente en el etiquetado. Sinazucar.org, la web que denuncia el exceso de azúcar que contienen los alimentos, ha mostrado en distintas ocasiones cómo algunas variedades de chocolate puro están compuestas de azúcar en más de un 47%. En cambio, la cantidad de cacao suele estar entre el 45% y 55%. Así, para que un chocolate pueda ser considerado como una buena alternativa, la Escuela de Salud Pública de Harvard señala que para que un chocolate pueda ser considerado una buena alternativa, debería tener al menos un 70% de cacao. En realidad, muchos nutricionistas elevan algo más este porcentaje y hablan de al menos un 80%.

  • 4 de 5

    Cereales

    No se sabe muy bien cuándo ni cómo caímos en el absurdo, pero el común de los mortales piensa que para empezar el día con fuerza es necesario tomar un buen chute de azúcar. La explicación básica y elemental que a muchos nos contaron en el colegio es que nuestro cerebro necesita azúcar para funcionar. Y es cierto, pero hay una amplísima variedad de alimentos saludables que contienen azúcares y que cumplen esa función sin perjudicar nuestra salud.

    Uno de los productos más habituales en nuestros desayunos son los cereales, un ultraprocesado cargadito de azúcar que debemos evitar a toda costa. De hecho, lo más normal es que incluyan reclamos tipo "fitness", "digestive", "con fibra" o incluso "bio". En realidad, estos eslogans marketinianos no los convierten en un mejor producto. Siguen siendo ultraprocesados. Pero, ¿hay algunos cereales entonces que podamos incorporar a nuestros desayunos y que sean saludables? La respuesta es sí. Eso sí, tienen bastante menos 'glamour' que los otros. Los copos de avena o los copos de centeno integrales, por ejemplo, son opciones saludables ya que son cereales de grano entero y no han sido elaborados a base de harinas refinadas o grasas de mala calidad.

  • 5 de 5

    Miel

    Del alimento elaborado por las abejas se ha dicho de todo: desde que es buenísimo para curar el catarro hasta que previene distintas enfermedades o que engorda menos "porque es natural". De hecho, es más que probable que siendo niño tú también hayas tomado algún brebaje con miel. En realidad, no es cierto. No existen evidencias científicas para sostener semejantes afirmaciones. Por lo que sabemos hasta ahora, la miel no tiene ningún poder terapéutico por muy natural que sea. 

    Lo que sí tiene es una enorme cantidad de azúcar. Una sola cucharada de miel, según Sinazucar.org, contiene seis terrones de azúcar (esto es: un 80% de azúcar). Es decir, con esa cantidad ya habríamos alcanzado el máximo diario recomendado por la OMS (25 gramos de azúcar).