Contar calorías a la hora de comer es una mala idea. Si bien es cierto que muchos de los alimentos que perjudican a nuestra salud son muy calóricos, también existen otros muy energéticos que son saludables. Es el caso del aceite de oliva, los frutos secos o, por ejemplo, el aguacate. Tienen en común que son alimentos grasos. Eso sí, los lípidos que contienen son saludables por sus efectos cardioprotectores.
Por esta razón, familiarizarse con otro tipo de conceptos como la densidad nutritiva es importante para dar valor a lo que realmente importa: los nutrientes. En este sentido, la densidad nutritiva premia a aquellos alimentos que contienen más nutrientes por menos calorías. Los alimentos más beneficiados por estos estándares son, a su vez, los más naturales y menos procesados.
La densidad nutritiva se aleja de los alimentos que contienen más "calorías vacías". Estos son aquellos que contienen mucha energía, pero no aportan casi nutrientes. Algunos de los productos de este tipo que son más conocidos son, por ejemplo, el alcohol o el azúcar. También los alimentos que contienen un alto número de grasas de baja calidad, como las saturadas o las trans, son considerados como bajos en cuanto a densidad nutricional. En este sentido, el nutricionista Joel Fuhrman elaboró un índice, conocido como ANDI, que clasifica los diferentes alimentos según su proporción de nutrientes. A continuación, algunos de los que ocupan los puestos más altos.