Dice la Real Academia de la Lengua Española (RAE) en su diccionario que natural es aquello que "está hecho con verdad, sin artificio, mezcla ni composición alguna", "que se produce por las fuerzas de la naturaleza". Sin embargo, la palabra "natural" puede leerse en muchos de los productos que pueblan las estanterías de los supermercados. Después de leer el diccionario de la RAE parece complicado que los artículos de estos establecimientos se ajusten a su definición.
Al fijarnos en uno de estos productos, lo asociamos rápidamente con el hecho de que deben ser saludables. Si procede de la naturaleza será que es bueno para nosotros. En algunos casos, el adjetivo no engaña: el tomate natural, aunque no se encuentre troceado ni con conservantes en la huerta; el café natural, porque aunque está molido no tiene otros ingredientes; o las legumbres de bote, aunque estén cocidas.
De todas formas, la polémica denominación no sólo se utiliza en estos casos. También aparece en otros productos muy elaborados y con ingredientes que no son sanos. En este caso, la palabra natural se estaría empleando como un reclamo fraudulento para hacer pensar al consumidor que tiene un plus de calidad y que es saludable. Aquí se explican algunos de ellos.