Aunque un día el aguacate fue la fruta más hipster del supermercado, hoy es, más bien, mainstream. Es decir, el aguacate ya no es un alimento exclusivo de modernos. En esta era en la que los desayunos, tal y como los conocíamos, están siendo cuestionados, el aguacate es una de las alternativas que más se han popularizado para untar la tostada. Pero no sólo eso, los aguacates han pasado a formar parte de ensaladas y de otras recetas más allá del amado guacamole.
El aguacate es un alimento saludable, no cabe duda. Pero también es un alimento graso. Cada 100 gramos de esta fruta hay 12 de grasas. Puede parecer una proporción baja, sin embargo, para ser una fruta, no lo es en absoluto. De todas formas, las grasas que contiene son positivas: la gran mayoría son de tipo monoinsaturado. A este grupo se le achacan una serie de beneficios para la salud cardiovascular como reducir la cantidad de colesterol malo, o LDL, en sangre. Y no olvidemos que la hipercolesterolemia es uno de los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares.
Eso sí, al igual que otros alimentos grasos saludables como el pescado azul o los frutos secos, el aguacate también ha sido acusado de motivar el aumento de peso. Sin embargo, los expertos nos animan a ignorar este tipo de mensajes. La Fundación Española de Nutrición (FEN) estima que, por cada 100 gramos, el aguacate supone 141 kilocalorías. Un alto valor energético para una fruta. Pero claro, se trata de un alimento muy nutritivo y, al igual que el resto de frutas, rico en fibra. Este último componente es especialmente importante porque ayuda al consumidor a sentirse saciado y a evitar, por tanto, una sobreingesta de calorías que motive un aumento de peso corporal.
Un nuevo aceite
Esta fruta, por tanto, puede formar parte de una dieta saludable. Pero, ojo, no deberíamos tildarla de superalimento, un término que no gusta a los nutricionistas. Estas calificaciones pueden hacer que nos fijemos demasiado en uno o dos alimentos y que descuidemos la alimentación general. De todas formas, el aguacate sigue siendo un buen negocio y cada cierto tiempo se pueden encontrar en los supermercados nuevos productos que llevan su nombre o su imagen estampados en el envase. Uno de los menos conocidos es el aceite de aguacate, que puede encontrarse ahora fácilmente en los establecimientos de la cadena Mercadona.
El aceite del aguacate se compone en su práctica totalidad por la grasas del aguacate. Por tanto, tiene sus mismas características: un contenido importante en ácido oleico, una presencia mayoritaria de ácidos grasos monoinsaturados y un beneficio para la salud cardiovascular asociado. El que se puede adquirir en Mercadona contiene un 92% de grasas y supone 823 kilocalorías por cada 100 gramos de producto. Es decir, un alto valor energético, pero normal en los aceites. Las grasas, el componente principal de estos productos, suponen 9 kilocalorías por cada gramo.
Mercadona ha emplazado este producto en su amplia sección de alimentación. Se trata de un hecho no tan evidente si tenemos en cuenta que algunos usuarios han puesto de moda este producto para aplicarlo en la piel y en el cabello. El recipiente en el que se comercializa tiene una capacidad de 250 mililitros y se vende por 5 euros. Un precio que es considerablemente superior al de otros aceites con los que estamos más familiarizados. Por ejemplo, es posible encontrar envases de un litro de aceite de oliva virgen extra por un precio que oscila entre los 3,50 hasta los 5 euros.
Oliva vs. aguacate
A propósito del aceite de oliva, hay quien compara al de aguacate con este. Según la FEN, este producto tan característico de nuestro país, cuenta con 899 kilocalorías por cada 100 gramos de producto y esto es así porque el 99,9% de este producto son grasas. Sin embargo, estas no son las únicas cifras que son similares entre ellos. El aceite de oliva contiene también una gran proporción de ácidos grasos monoinsaturados. La proporción de ácidos grasos saturados, los que se consideran más perjudiciales junto a los trans, es también similar: ambos productos cuentan con 16 gramos por cada 100.
De todas formas, en lo que no se parecen ambos aceites es en apariencia y en sabor. Mientras que el de oliva es dorado, el aceite de aguacate tiene un color verdoso. En cuanto al sabor, se dice que el de la aguacate es más afrutado. Son estas diferencias en el sabor y, sobre todo, en el precio las que hacen pensar que es muy difícil que este aceite llegue a apartar al de oliva en nuestro país. Sin embargo, en los países donde el cultivo de aguacate está más extendido puede representar una alternativa también saludable al de oliva.