Las proteínas son unas macromoléculas compuestas de aminoácidos que nuestras células necesitan para funcionar correctamente. De hecho, su nombre ya indica la importancia que poseen. Proteios, la palabra griega de la que procede, significa "prominente, de primera calidad".
La estructura y la función de nuestros cuerpos dependen de las proteínas, y sin ellas no se puede realizar la regulación de las células, tejidos y órganos de nuestro cuerpo. Los músculos, la piel, los huesos y otras partes del cuerpo humano contienen cantidades significativas de proteínas, incluidas enzimas, hormonas y anticuerpos. Además, también funcionan como neurotransmisores. Como ejemplo, la hemoglobina, un transportador de oxígeno en la sangre, es una proteína.
El cuerpo humano posee alrededor de 100 billones de células. Cada una de ellas tiene miles de proteínas diferentes. Gracias a ellas, se garantiza que cada célula haga su trabajo. En cierta forma, se podría decir que las proteínas son como pequeñas máquinas dentro de la célula que hacen que todo funcione de forma correcta.
Su importancia es proporcional a los mitos que a su alrededor y sobre ellas han aparecido. Por eso, os presentamos a continuación algunos de los mitos que mucha gente cree, pero que ha llegado el momento de dejar de hacerlo.
Mito 1. El papel principal de la proteína es favorecer el desarrollo muscular
Como un nutriente esencial compuesto de bloques de construcción conocidos como
aminoácidos, la proteína no solo es un componente muscular, sino también de huesos,
articulaciones, tendones, ligamentos, cabello, anticuerpos, hormonas, enzimas y colesterol LDL (el malo) y el colesterol HDL (el bueno). Su presencia es absolutamente imprescindible para disfrutar de un sistema inmunológico saludable, pero también ayuda regular la glucosa en la sangre y juega un papel primordial en la composición corporal.
Mito 2: Consumir menos proteínas ayuda a perder peso
En muchos casos, la realidad puede ser totalmente diferente. No ingerir la cantidad necesaria de proteínas puede hacer que sea más difícil perder peso, ya que el nutriente ayuda a mantenerte lleno y a acelerar tu metabolismo. Una de las consecuencias más probables de querer perder peso de este modo es la pérdida de músculo, pero no de grasa.
Además, no comer suficientes proteínas puede provocar otros efectos secundarios, como fatiga, debilidad, hinchazón de las piernas y un debilitamiento del sistema inmunitario, lo que puede provocar enfermedades más frecuentes.
Mito 3: Comer demasiada proteína provoca problemas renales
Este mito tiene un poco, pero solo un poco, de verdad. La realidad es que consumir un
exceso de proteína solo es perjudicial para los riñones si se sufre una enfermedad renal o hepática subyacente, ya que los riñones sanos son capaces de expulsar sin ningún tipo de problemas el nitrógeno adicional que se obtiene al comer muchos alimentos ricos en proteínas, como filetes, huevos o legumbres. Sí es más probable que un exceso de proteínas puede tener efectos negativos en la salud ósea, ya que se ha demostrado que algunas investigaciones sugieren que es posible que aumente el calcio en la orina. Este problema se puede solucionar de un modo relativamente sencillo, equilibrando la ingesta de proteínas vegetales y animales para optimizar la salud ósea , y no olvidando incluir en la dieta alimentos que contengan calcio.
Mito 4: La ingesta de proteína nunca es demasiada
De nuevo, sí y no. Veamos. Este mito proviene, más bien, de una mala aplicación de una dieta saludable. Mucha gente puede llegar a creer que comer mucha carne rica en proteína, sin añadir ingredientes que aportan otros nutrientes es positivo. Ahí viene el problema, ya que la preocupación por ingerir mucha proteína puede hacer que muchos olviden añadir otros productos sanos que complementan, como las verduras. Además, si las opciones de proteínas por las que se optan son demasiado altas en grasas, puede darse el caso de que se consuman calorías en exceso, lo que puede conducir a un aumento de peso.
Mito 5: Una dieta basada en vegetales no puede proporcionar las proteínas necesarias
Es cierto que, debido a que la mayoría de los alimentos vegetales no contienen la misma cantidad de proteínas que los productos animales y pueden no contener todos los aminoácidos esenciales, es importante desarrollar un plan bien pensado que optimice la salud y la nutrición. Pero ello, en modo alguno implica que una persona vegetariana o vegana, pueda disfrutar de todas las proteína necesarias. La clave está en diversificar bien y asegurarse que el conjunto de su dieta es saludable. Por ejemplo, comer todos los días arroz o lentejas puede no ser muy atractivo, pero alternar estos alimentos o, mejor aún, preparar platos que incluyan ambos, es una muy buena opción. También los guisantes y las alubias frijoles también son excelentes fuentes vegetales de proteínas y, cuando se combinan con pan, pasta o arroz, contienen todos los aminoácidos esenciales. En cualquier caso, hay que tener presente que si durante un período de 24 horas nuestra dieta no contiene todos los aminoácidos esenciales, la reparación y síntesis de proteínas musculares no puede desarrollarse.
Mito 6: Los suplementos de proteínas siempre son positivos para nuestro organismo
La realidad está muy lejos de esa afirmación. Y es que la mayoría de las personas obtienen suficientes proteínas sin realizar el más mínimo esfuerzo por lograrlo. De hecho, en la mayor parte de los países desarrollados se consume más proteína de la necesaria. "La OMS recomienda un consumo diario de 0,8 a 1 gramo de proteína por cada kilo de peso para una persona adulta sana, si bien lo idóneo -por saludable- sería que la mitad de la ingesta recomendada de proteína fuera de origen vegetal, a expensas de legumbres, cereales y frutos secos", informa Consumer. Por ejemplo, con una una pechuga de pollo y un yogur griego de postre, es más que suficiente para lograrlo. Sin embargo, sí puede darse el caso de que algunas personas pueden beneficiarse de un suplemento si necesitan más proteínas por motivos de enfermedad o al nivel de actividad, y les resulta difícil obtener suficiente proteína solo a través de la dieta. Por ejemplo, un deportista de alto nivel que quiera ganar masa muscular, debe tratar de alcanzar la cifra de unos 90 a 135 gramos por día.
Mito 7: Importa la cantidad, no cómo ni cuándo se consuma
Una de las pautas más comunes es ingerir la mayor parte de la proteínas en el almuerzo y la cena. Sin embargo, para para maximizar la síntesis de proteínas musculares es mejor distribuirlas entre las diferentes comidas, de tal forma que en cada una de ellas se incluyan, entre 20 y 30 gramos de este macronutriente, combinado, obviamente, de carbohidratos y muchas frutas y verduras. Por ejemplo, en el desayuno se puede tomar yogur griego, tofu, pechuga de pavo o frutas como el aguacate o el plátano.