En el mundo de la alimentación, la apariencia de un producto juega un papel muy importante para que el consumidor se decante por él. Así, unas gambas con la cabeza ennegrecida no son tan apetecibles como otras con un aspecto más atractivo y fresco. ¿Por qué se pone negra la cabeza de estos crustáceos? En realidad, se trata de un proceso llamado melanosis, que sufren este tipo de animales y que está provocado por una reacción enzimática al entrar en contacto con el oxígeno.
La melanosis "no es peligrosa para la salud, pero confiere mal aspecto", señala la OCU. Para evitarla, los fabricantes utilizan sulfitos, unos conservantes que deben ser declarados obligatoriamente. "Estas sustancias pueden desencadenar crisis de asma en personas sensibles, por ello es obligatorio advertir de su presencia, ya que se consideran un alérgeno", explica el organismo. "Además, existen límites legales a su utilización para que no se superen ciertas dosis".