Guindilla, la especia de la vida: por qué debes comerla aunque no te guste el picante
Los pimientos picantes como el chile o el ají, ricos en capsaicina, reducen el riesgo de muerte para quien los consume con frecuencia.
22 diciembre, 2019 02:29Noticias relacionadas
La dieta condimentada regularmente con pimientos picantes, conocidos como chiles o ají entre otros muchos nombres en Latinoamérica, y consumidos bajo el nombre de guindillas en España, reduce el riesgo de muerte por ataque cardiaco o infarto cerebral según un estudio efectuado en Italia y que publica la revista Journal of the American College of Cardiology.
"Un hecho interesante es que la protección contra el riesgo de enfermedad resultó independiente del tipo de dieta que siga la gente", ha comentado Marialaura Bonaccio, epidemióloga y autora principal del estudio.
"En otras palabras, una persona puede seguir la dieta mediterránea o puede comer de manera menos saludable, pero los pimientos picantes tienen un efecto protector para todos", ha concretado la investigadora.
A lo largo de los siglos los pimientos, en la gran variedad con que se cultivan y se comen en todo el mundo, se han ganado fama por sus presuntas cualidades terapéuticas, atribuida a la presencia en todos ellos de una sustancia conocida como capsaicina.
"Los pepperoncini [pimientos picantes] son un componente fundamental de nuestra cultura gastronómica", expone Licia Iacoviello, profesora de Higiene y Salud Pública de la Università dell'Insubria di Varese y directora del Departamento de Epidemiología y Prevención del I.R.C.C.S. Neuromed.
"Los vemos colgar de los balcones italianos, y hasta los retratamos en joyas", prosigue Iacovello. "A lo largo de los siglos, su consumo se ha relacionado con propiedades beneficiosas de todo tipo, frecuentemente en base a anécdotas y tradiciones, cuando no directamente a la magia".
La especialista insiste: "Es importante que, a día de hoy, la investigación sea rigurosa, proporcionando metodologías y pruebas científicas. Y ahora hemos podido confirmar lo que ya se ha observado en los Estados Unidos y en China: que las diferentes variedades del género capsicum, aunque se consuman de formas muy diversas en el mundo, pueden ejercer una acción protectora sobre la salud".
Los pimientos son oriundos de México, de ahí que se les conozca por su nombre en lengua nahuátl "chili" (chile), y han estado presentes en la dieta humana desde unos 7.500 años antes de Cristo. Son uno de los cultivos más antiguos de América.
Los pimientos, que se pueden catalogar desde los más dulces, como el morrón o el piquillo, a los más picantes, como los jalapeños, serranos, poblanos, tabasco o habaneros, son un elementos fundamental en las principales cocinas mundiales, como la mexicana, la peruana, la tailandesa o la india.
Esta variedad de hortaliza pasó a ser parte del comercio global desde el siglo XV y actualmente la producción mundial supera los 35 millones de toneladas de chiles verdes y los 4 millones de pimientos desecados.
Guindilla y longevidad
En el estudio encabezado por Bonaccio para el Departamento de Epidemiología y Prevención en Italia, los investigadores examinaron durante ocho años a 22.811 residentes, con una edad promedio de 35 años, de la región de Molise, al sureste de Roma y con costas sobre el mar Adriático. Durante ese período hubo un total de 1.236 muertes en el grupo
Comparando sus hábitos dietéticos, los investigadores observaron que las personas que consumían regularmente pimientos, es decir, con una frecuencia de al menos cuatro veces o más a la semana, el riesgo de morir por un ataque cardíaco se reducía en un 40%, y la reducción del riesgo de muerte por un incidente cerebrovascular era de casi la mitad en comparación con el resto de las personas estudiadas.
En total, los grandes consumidores de pimientos picantes presentaban un 23% menos de riesgo de sufrir una muerte prematura frente a los que lo comían con una frecuencia inferior o lo evitaban por completo. Los mecanismos bioquímicos por los que la capsaicina ejerce sus efectos cardioprotectores independientemente de la variedad de chile o guindilla, señalan los autores, todavía deben ser esclarecidos.