Algunos alimentos deben ser cocinados a una temperaturas determinada y durante un tiempo adecuado con el objetivo de eliminar cualquier tipo de microorganismo presente en ellos. Es el caso de la carne y el pescado. De hecho, las principales intoxicaciones alimentarias suelen tener que ver con la carne de pollo, mientras que el pescado pueda dar lugar a una infección por el anisakis si no se ha congelado previamente durante varios días a muy bajas temperaturas.
Pero no sólo son problemáticas las bacterias en cuanto a carne se refiere, sino que también existe el riesgo de contraer una infección parasitaria. Y las larvas de algunos parásitos son mucho más difíciles de eliminar que las típicas bacterias, como descubrió un ciudadano originario de la provincia oriental de Zhejiang, en China: cocinar poco y mal su comida lo llevó directo al hospital.
En este caso, se trataba de un hombre de 46 años que acudió al hospital esgrimiendo diversos síntomas neurológicos, tales como dolor de cabeza, mareos y movimientos involuntarios de extremidades que imitaban una crisis epiléptica, sin olvidar el hecho de que llegó a expulsar espuma por la boca, según informa el medio norteamericano The Washington Post. Según afirmó el paciente, sus síntomas se habían iniciado hacía un mes, precisamente tras realizar una comida casera basada en cerdo y cordero poco cocida.
Según los médicos que atendieron a este hombre en el First Affiliated Hospital de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zhejiang, en la resonancia magnética cerebral que se le realizó se podían vislumbrar múltiples lesiones cerebrales.
Finalmente, el paciente fue diagnosticado de neurocisticercosis, una infección parasitaria que se produce cuando un individuo ingiere huevos microscópicos de un tipo de parásito llamado Taenia solium, típicamente asociado a la carne de cerdo. Cuando los huevos eclosionan, las larvas pueden viajar por todo el organismo, llegando al cerebro, músculos, piel y ojos, formando quistes. Y eso fue lo que ocurrió.
En este caso la sospecha principal es que el hombre había adquirido carne contaminada por larvas de tenia, y que no la había cocinado lo suficiente como para matar a sus larvas. De hecho, él mismo confirmó que "solo había hervido un poco la carne".
Este tipo de parásito es común en los países en vías de desarrollo, incluyendo algunas naciones de América Latina, África y Asia. Y la enfermedad cerebral final, la neurocisticercosis, es una de las causas más comunes de convulsiones en todo el mundo, pudiendo llegar a ser mortal.
Por suerte para este hombre, finalmente recibió el tratamiento adecuado para eliminar los parásitos y reducir su presión cerebral, llegando a recuperarse por completo.