Si por algo se caracterizan las frutas es por estar cargadas de azúcar. Esta sustancia es un hidrato de carbono, un grupo de macronutrientes con muy mala fama. Algunos de ellos son causa de sobrepeso y factor de riesgo de sobrepeso y obesidad. Sin embargo, no todos son iguales y, en el caso de la fruta, su consumo es beneficioso.
Lo que distingue a la fruta de otros alimentos con carbohidratos es que su azúcar está contenido en una matriz de fibra. Esto provoca que la dulce sustancia sea absorbida por el torrente sanguíneo de manera lenta. Esta dosificación de los carbohidratos hace que la insulina se libere de la misma forma y se reduzca, de esta manera, el riesgo de padecer diabetes.
Cuando los hidratos de carbono pasan al organismo sin provocar altibajos de azúcar, sino generando un aporte sostenido, se dice que tienen un índice glucémico bajo. Estos son los carbohidratos más beneficiosos y pueden encontrarse, además de en las frutas, en las verduras, en las legumbres y en los cereales integrales.
Uno de los mensajes de autocuidado más conocido y extendido es el que advierte sobre la necesidad de consumir 5 raciones de frutas y verduras al día. La evidencia de que el consumo de estos alimentos mejora nuestra salud global es tal que la Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha propuesto favorecerlo en todo el mundo.
Según el organismo internacional, cada año podrían salvarse hasta 1,7 millones de vida en todo el mundo si se consumieran más frutas y verduras a diario. La cantidad mínima que han establecido la OMS son 400 gramos diarios de este tipo de alimentos, excluyendo las patatas y otros tubérculos con fécula.
Comer más fruta reduce el riesgo de padecer ciertas enfermedades. La OMS calcula que la falta de consumo de frutas y verduras es la responsable del 19% de los cánceres gastrointestinales, del 31% de las cardiopatías isquémicas y del 11% de los accidentes cerebrovasculares.