Los filetes de carne envasados irrumpieron hace mucho en los supermercados para hacernos más fácil la vida a todos. De entre todas las variedades, la pechuga de pollo es la que tiene una mejor fama desde el punto de vista nutricional. Esta carne blanca es especialmente apreciada por su aporte de proteínas y su bajo contenido en grasas, además de por su precio más que razonable. Sin embargo, no es lo mismo comprar un filete de pollo fresco envasado que comprarlo preparado al ajillo, marinado, adobado o al pimentón.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha analizado cuáles son los mejores y los peores filetes de pollo y pavo procesados del supermercado. En este análisis, realizado por un panel de expertos en un laboratorio, se tuvieron en cuenta distintos aspectos relacionados con la composición y la calidad de la carne. Es decir, se analizó el porcentaje de proteína que contenían, la relación entre éstas y la cantidad de agua añadida, la presencia de azúcares almidones y fibras, el contenido en sal, la presencia de aditivos, la higiene y el etiquetado.
El resultado de este estudio ha determinado que la mejor bandeja de pollo procesado del supermercado es la de solomillo de pollo fileteado estilo persian, de la marca Sertina. De la misma forma, en el extremo opuesto, la peor pechuga de pollo procesada del 'súper' es la pechuga de pollo a las finas hierbas de la marca Coren, que los expertos de la OCU califican como de calidad media y sitúan en el último puesto de su ranking.
Este producto, que contiene un 86% de carne de pollo, obtiene las peores puntuaciones en los apartados de cantidad de fibra (un ingrediente que se añade para retener el agua), cantidad de sal, y en el de aditivos. Por otro lado, los expertos le han otorgado las mejores puntuaciones en el etiquetado, en la higiene y en la cantidad de proteína, que en este caso es de 17 gramos por cada 100. El precio de esta pechuga de pollo asciende a 7,79 euros el kilo.
Diferencias con el pollo fresco
Es importante señalar que, como explica la OCU, existe una gran diferencia entre las distintas variedades de bandejas de pollo que podemos encontrar en los supermercados. Por un lado tenemos las bandejas de pollo con filetes frescos, que han recibido un procesamiento mínimo (el golpe de frío previo al corte con la máquina y al envasado), y por otro, los filetes procesados de pollo, que han sido ahumados, marinados o preparados con distintos ingredientes al ajillo.
"No son lo mismo que los filetes frescos, se trata de productos mucho más procesados. Llevan en primer lugar agua añadida y luego una serie de aditivos e ingredientes destinados a retener esa agua dentro del filete", explica la OCU. Por esta razón, la organización recomienda leer muy bien el etiquetado de estos productos. "No son lo mismo que los filetes frescos, se trata de productos mucho más procesados, llevan en primer lugar agua añadida y luego una serie de ingredientes y aditivos destinados a retener esa agua dentro del filete", señala la organización. "No son carne fresca y el porcentaje de pollo y pavo apenas supone el 80-85% en la mayoría de ellas. El resto son otros ingredientes que vas a pagar a precio de carne, porque estos productos no son más baratos que el pavo y el pollo frescos sin tratar", finaliza.