Si hay una tapa por excelencia, amada y odiada casi a partes iguales, en nuestro país, ésos son los caracoles, un molusco que ha conseguido integrarse de forma perfecta en la gastronomía y cultura de nuestra sociedad. Y más aún en esta época del año, ya que la primavera es época de caracoles. Pero ¿qué beneficios nutricionales tienen estos animales de tierra? ¿Es un tapa recomendable? Y sobre todo, la pregunta que todos nos hacemos: ¿Engordan los caracoles?
Lo cierto es que estos pequeños animales, aunque no lo parezca, tienen muchos beneficios para nuestra salud. De hecho, en la última década se ha multiplicado la cría de caracoles en granja por helicultores, o caracoleros. La recogida de estos moluscos es una actividad regulada, ya que hacerlo por nuestra cuenta puede conllevar riesgos para nuestra salud. Es importante consumirlos de forma segura porque pueden ser portadores de enfermedades.
España es un gran consumidor de caracoles: datos de 2017 de la Junta de Andalucía, señalaban que en nuestro país se consumen unos 16 millones de kilos al año. Además, existen diferentes recetas y formas de prepararlos según la zona geográfica en que nos encontremos. Sin embargo, y como dato curioso, Francia es el mayor consumidor de estos moluscos.
Beneficio nutricional
En cuanto a su valor nutricional, según expone la Fundación Española de Nutrición (FEN), los caracoles -cuyo consumo tiene una marcada estacionalidad, de abril a junio, aunque podemos disponer de ellos todos el año- desde un punto de vista nutricional, son unos moluscos con gran cantidad de agua (82%) y de bajo contenido en grasa (1,4%). Entre sus minerales destacan el magnesio, hierro, calcio, zinc, potasio, fósforo y selenio; y entre sus vitaminas la vitamina B3 o niacina, una vitamina que ayuda sobre todo al correcto funcionamiento del aparato digestivo. Pero también encontramos contenidos de vitamina B y de vitamina E.
Además, y según informa la FEN, "una ración de caracoles cubre el 82% de las ingestas recomendadas de niacina para hombres y el 109% para mujeres de 20 a 39 años que practican actividad física de forma moderada".
La proteína que contienen los caracoles "lleva un aporte de casi todos los aminoácidos (pequeñas piezas de las cadenas de proteínas) haciendo así que sea casi completa y de alto valor biológico", explica a EL ESPAÑOL Mireia Elías, dietista-Nutricionista en @alimentacion3s y en el Instituto Centta (Madrid).
Por su parte, los minerales que contienen estos moluscos, añade la experta, "están implicados en nuestra función muscular y nerviosa, en nuestra salud ósea, crecimiento, conservación y reparación de nuestros tejidos, y minerales también encargados de mantener nuestras defensas fuertes, algo fundamental en esta etapa que estamos viviendo".
Alimento bajo en grasa
Pero lo bueno sobre todo de estos moluscos es que son "bajos en calorías, y compatibles con dietas de pérdida de peso, pues sólo contienen 78 kcal por cada 100g. Además, estas calorías provienen fundamentalmente de las proteínas (16,3g/100g) ya que no contienen absolutamente nada de hidratos de carbono y un contenido súper bajo en grasas (1,4g/100g)", sostiene Elías. Por lo que "son una opción estupenda para incluir en nuestra alimentación como aperitivo antes de comer y cenar".
De este modo, en vez de elegir como aperitivo productos ricos en grasas y calorías como patatas fritas, frutos secos fritos con alto contenido en sal -muy frecuentes en muchos bares- podemos optar mejor por una tapa o ración de caracoles, dado que al ser bajos en grasas harán que podamos comerlos sin remordimientos. Además, es también un alimento de fácil digestión, su carne es jugosa lo que lo hace compatible con personas que suelen tener digestiones pesadas", indica Elías.
La forma de preparar los caracoles suele ser de muchos tipos, bien solos, como tapas, o bien en salsa como preparados. Sin embargo, para que nuestro plato siga siendo bajo en grasa es importante que el preparado o la salsa sea lo más saludable posible. Basta por ejemplo, con añadir un poco de aceite de oliva, ajo y especias