Las proteínas en polvo son uno de los suplementos más utilizados por los deportistas en todo el mundo. Cuando vamos al gimnasio, resulta más que habitual ver a muchos usuarios entre las máquinas con batidos de chocolate o vainilla en sus manos. Con la ingesta de estos brebajes pretenden obtener un extra de proteínas, un nutriente esencial para nuestro organismo que se encarga del desarrollo de nuestros músculos. Sin embargo, no todo el mundo sabe que el consumo de proteínas en polvo no está exento de riesgos.
Así lo advierte un artículo publicado por la Escuela de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Harvard, en el que se advierte de que este tipo de suplementos pueden tener azúcares añadidos en su composición, saborizantes artificiales, vitaminas, minerales e incluso algunos ingredientes tóxicos para la salud. "No recomiendo usar proteínas en polvo salvo en algunos casos, y sólo con supervisión", explica Kathy Mcmanus, directora del departamento de Nutrición del Hospital de Brigham, afiliado a Harvard.
Lo cierto es que, desde hace años, la popularización de los batidos de proteínas ha ido in crescendo. Así lo atestigua un estudio publicado hace escasamente un año, que confirma que más del 50% de los usuarios que acuden al gimnasio suelen tomar batidos de proteínas a menudo. En muchas ocasiones, además, su ingesta es absolutamente innecesaria para las exigencias físicas de los entrenamientos que realizan muchos deportistas principiantes.
Según la Universidad de Harvard, el consumo de estos batidos conlleva cuatro riesgos principales. El primero de ellos es que se desconocen los efectos a largo plazo que tienen sobre nuestro organismo. "Hay datos limitados sobre los posibles efectos secundarios de la alta ingesta de proteínas de los suplementos", apunta McManus. Además, muchos de estos productos pueden causar problemas digestivos de distinta índole, por ejemplo, entre las personas que tiene alergia a los lácteos y toman proteínas en polvo a base de leche.
El contenido calórico de los batidos también puede ser un problema para la salud, más que por el número de calorías en sí, por su procedencia. "Algunas proteínas en polvo tienen poco azúcar añadido y otras, mucho (hasta 23 gramos por cucharada)", señala la institución. Esto hace que al final algunos de estos batidos de proteínas acaben convirtiéndose en una bebida con más de 1.200 calorías.
Por último, la Escuela de Medicina y Salud Pública de la universidad norteamerciana advierte de que un grupo de investigadores publicó un informe sobre las toxinas presentes en distintas marcas de proteínas en polvo. Los investigadores del proyecto Clean Label examinaron 134 variedades de proteínas en polvo y descubrieron que algunas de ellas contenían metales pesados como el plomo, el arsénico, el cadmio o el mercurio, bisfenol-A, pesticidas y otros contaminantes. Según explica la institución, estos podrían proceder del suelo en el que se cultivan las plantas de las que posteriormente se extraen las proteínas en polvo.
Entonces, ¿qué debemos hacer si queremos asegurarnos un aporte adecuado de proteínas? Optar por alimentos saludables ricos en proteínas. ¿En qué medida? Tal y como indica la OMS, una persona sana debe consumir entre 0,8-1 gramo de proteínas por kilo de peso al día. Además, lo ideal es que la mitad de estas proteínas sean de origen vegetal, a través de legumbres cereales y frutos secos.
Así, si lo que se busca es ganar masa muscular, la Sociedad Internacional de Nutrición Deportiva recomienda doblar estas cantidades. "Para desarrollar o mantener la masa muscular a través de un balance positivo de proteínas, una ingesta diaria en el rango de 1,4 a 2 gramos de proteína por kilogramos de peso al día es suficiente para la mayoría de las personas que hacen ejercicio", apunta la institución.