Las aceitunas son un alimento clave de la dieta mediterránea, sobre todo por su perfil lipídico (sus grasas) y los grandes beneficios que aportan a la salud. Pero ¿todas las aceitunas que podemos comprar en el supermercado son igual de saludables y cuidan de la misma manera de nuestra salud? Lo cierto es que no es fácil encontrar aceitunas que no lo sean, pero es importante tener en cuenta al menos un aspecto a la hora de elegir entre las innumerables clases que existen: su contenido en sal.
Pero veamos primero los beneficios de las aceitunas y por qué debemos incluirlas en nuestra dieta. Es importante tener en cuenta que las aceitunas son buenas para la salud y podemos tomarlas a diario en la cantidad recomendada (a excepción de tener alguna indicación médicas). Y podemos hacerlo por todos los beneficios que tiene para la salud. Sobre todo y especialmente, para la salud cardiovascular y corazón.
Buenas para el corazón
"Existe consenso en la literatura científica acerca de la influencia consumo de aceite de oliva virgen en la prevención de enfermedades crónico-degenerativas y que muchos de los beneficios que aportan a la salud provienen de los compuestos fenólicos -también denominados comúnmente polifenoles- que contienen", afirma a EL ESPAÑOL Lourdes Samaniego, profesora de Ciencias Farmacéuticas y de la Salud en la Facultad de Farmacia de la Universidad CEU-San Pablo.
Según expone esta profesional, "las aceitunas constituyen un alimento de gran valor nutricional dentro de la dieta mediterránea, y esto se debe tanto a su perfil lipídico o contenido en grasas, así como a la presencia de componentes minoritarios no nutrientes, pero beneficiosos para nuestra salud".
Y es que de sobra es conocido que "el fruto del olivo, la aceituna, tiene un importante contenido en lípidos o grasas, aproximadamente 15-20 gramos por cada 100 gramos de porción comestible y esto la convierte en la materia prima ideal para la extracción de su aceite. Es por tanto uno de los frutos de mayor aporte energético de la dieta, pero siempre considerando su ración de consumo. A pesar de ello, su aporte de ácidos grasos monoinsaturados es mayoritario y esto las convierte en una fuente de grasas de gran calidad para nuestra dieta", añade la experta.
Además de todos estos componentes sostiene que "en las aceitunas de mesa también podemos encontrar estos compuestos, especialmente el hidroxitirosol y el tirosol, cuyas propiedades beneficiosas están relacionadas con su capacidad antioxidante y su potencial para eliminar radicales y especies reactivas".
De modo que "éstas (las aceitunas de mesa) son por tanto excelentes fuentes de antioxidantes, teniendo en cuenta que 1-2 aceitunas pueden proporcionar aproximadamente 10 mg de polifenoles. Esta cantidad corresponde a aproximadamente 50-100 g de aceite de oliva", señala Samaniego. Por último, es importante destacar "el aporte de fibra de este fruto, así como el de vitaminas y minerales, que completan el aporte de nutrientes de gran calidad de este alimento tradicional".
Pero cuidado con algunas aceitunas
Uno de los perjuicios de las aceitunas es su alto contenido en sal, en algunas clases. Por tanto, éste será el único factor que debemos tener en cuenta a la hora de comprarlas. Es decir, todas los tipos de aceitunas son buenas (negras, verdes, con hueso, sin hueso, con encurtidos, sin ellos…) pero hay que mirar la cantidad de sal que tienen.
"Tras una revisión de los tipos de aceitunas disponibles en la actualidad en diferentes supermercados y tiendas especializadas, aquellas variedades a limitar son las que contienen elevadas concentraciones de sal (cloruro sódico). Y no sólo aquellas personas que tengan que controlar la ingesta de sodio en la dieta, ya que en general la dieta de los españoles presenta en muchos casos un consumo excesivo de sal", explica esta profesora. Y esto es un hecho ya que según las recomendaciones de Organización Mundial de la Salud (OMS) no deberíamos sobrepasar los 5 gramos diarios y en España consumimos unos 8-9 persona/día.
Por lo general, señala Samaniego, "las aceitunas que nos encontramos en el supermercado tienen en su composición declarada en el etiquetado nutricional entre 3 y 3,5 gramos de sal por cada 100 gramos de producto. Es en el etiquetado nutricional donde podremos ver las concentraciones de sal. Esto no quiere decir que estas concentraciones sean dañinas para el consumidor, pero sí que el consumo debe ser moderado. En cambio, sí sería una buena opción de consumo diario (si podemos por características personales) aquellas "variedades que declaran un 'bajo contenido en sal' que equivale a un 35% menos de las variedades comunes".