Para esquivar todos los reclamos de marketing que señalan que un producto es "artesano" o "natural", entre otros, y distinguir, por fin, los alimentos que son realmente saludables hay algunos trucos.
Según explica la divulgadora y nutricionista Marián García en su último libro, El jamón de York no existe, lo mejor es recurrir al listado de ingredientes de la parte de atrás del envase. La clave está en el número de ingredientes. Así, si cogemos de un estante de la tienda un producto que parece sano pero que tiene más de cinco ingredientes, lo más probable es que sea un ultraprocesado.
El movimiento del dietista-nutricionista Carlos Ríos, llamado realfooding, que promueve la comida real y evita los ultraprocesados, se basa en parte en esta regla de no superar los cinco ingredientes.