La trayectoria del índice de masa corporal (IMC, basado en el peso de la persona en relación a su altura) durante los primeros años de vida está relacionada con la función pulmonar en la niñez. Así concluye un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación la Caixa, publicado en la revista European Respiratory Journal.
Los resultados revelan que los niños y las niñas con aumento acelerado del IMC hasta los cuatro años, independientemente del peso al nacer, tenían una función pulmonar más alta a los siete años, pero mostraban una limitación del flujo de aire, lo que indica dificultades al respirar cuando se expulsa el aire de los pulmones.
Por el contrario, los niños y niñas con un peso más bajo al nacer y un aumento más lento del IMC en la primera infancia presentaban una función pulmonar más baja a los siete años. La primera infancia es un período clave para el desarrollo de la función pulmonar. Estudios anteriores ya han relacionado el peso en los primeros años de vida con la salud pulmonar en la infancia y la niñez.
"Estas investigaciones presentan ciertas limitaciones en cuanto a la definición del aumento de peso, ya que la mayoría solo consideraba la diferencia de peso entre dos edades sin tener en cuenta la trayectoria. Por eso nos planteamos realizar una nueva investigación", explica Gabriela P. Peralta, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio.
El trabajo partió de los datos de cerca de más de 1.200 niños y niñas de la cohorte española del Proyecto INMA-Infancia y Medio Ambiente, de las ciudades de Sabadell, Valencia y Guipúzcoa.
“Por un lado, identificamos y clasificamos las trayectorias del IMC de los niños y niñas desde el nacimiento hasta los cuatro años en cinco categorías. Estas trayectorias diferían en el peso al nacer –más bajo, medio o más alto– y en la velocidad de ganancia del IMC –más lento o acelerado–”, explica Peralta.
Por otro lado, se relacionaron estas trayectorias del IMC con la función pulmonar, que fue medida por espirometría cuando los niños y niñas tenían siete años. Se registró la capacidad vital forzada, el volumen espiratorio forzado en el primer segundo y el cociente VEF1/CVF, que es la relación entre volumen espiratorio forzado en el primer segundo y la capacidad vital forzada.
Herramienta útil para la salud pública
Maribel Casas, una de las coordinadoras de la investigación, destaca que “los hallazgos del estudio tienen implicaciones importantes para la investigación y la salud pública”, ya que el estudio muestra que "las trayectorias de IMC en la primera infancia son una herramienta útil para identificar patrones de crecimiento asociados a una mala salud respiratoria".
"Dado que el aumento de peso está afectado por factores modificables, las intervenciones que promueven estilos de vida saludables –por ejemplo, alimentación sana y actividad física– en la primera infancia pueden ayudar a la mejora de la función pulmonar y reducir la morbilidad respiratoria en la edad adulta", concluye Judith Garcia-Aymerich, jefa del programa de Enfermedades no transmisibles y medio ambiente.
De esta manera, “las estrategias de salud pública que apuntan a reducir los problemas de salud respiratoria necesitarían enfocarse en el crecimiento del peso temprano”, concluye Garcia-Aymerich, quién también coordinó el trabajo.