Finalmente, están los alimentos ultraprocesados en general. Cualquier comida preparada y envasada que se venda en el supermercado suele ser mala opción, en comparación al consumo de alimentos frescos basados en comida real, y preparados en casa, sin azúcares, grasas, sal ni aditivos añadidos.
No todos los alimentos procesados son mala opción; de hecho, las legumbres que se venden en bote de cristal contarían como un "buen procesado". El problema llega cuando se consume una lasaña preparada y comercializada en un envase de plástico, por poner un ejemplo.
En general, todos los alimentos ultraprocesados comparten características: azúcar añadido, grasas saturadas, exceso y sal y gran densidad calórica. No son una buena opción.