El Ministerio de Sanidad ha restringido los límites de consumo de bajo riesgo de alcohol a 10 gramos diarios para las mujeres y a 20 para los hombres, o una caña de cerveza y una jarra de medio litro, respectivamente, pero recuerda: Únicamente no bebiendo se evitan sus efectos perjudiciales.
Por ello, ningún profesional de la salud o institución debería recomendar el consumo de bebidas alcohólicas, atribuyéndoles beneficios diferenciados o asociándolas a falsas propiedades protectoras frente al coronavirus, según subraya Sanidad en un documento en el que actualiza los límites de riesgo bajo que ha presentado este viernes.
En este sentido, destaca que la evidencia epidemiológica no muestra que el consumo de vino y de cerveza, como defienden algunas creencias, a pesar de contener sustancias que podrían ser potencialmente beneficiosas para la salud, tenga un efecto protector diferenciado en la reducción del riesgo cardiometabólico o de otro tipo. Cualquier consumo, por mínimo que sea, implica riesgo, y hacerlo por encima de determinados límites apareja una mayor mortalidad.
En el caso de las mujeres, no deberían sobrepasar los 10 miligramos al día o, lo que es lo mismo, beber más de un chupito, una caña o media copa de vino; esas cantidades se duplican en los hombres a los dos chupitos, la copa entera de vino o una jarra de medio litro de cerveza.
¿Y por qué? Según recuerda el Ministerio, ellas alcanzan mayores concentraciones en sangre y los efectos inmediatos ocurren más rápidamente y duran más tiempo que en ellos después de beber cantidades equivalentes, debido a factores como la diferencia en la composición corporal, el metabolismo y la absorción de alcohol.
Unas diferencias que también condicionan problemas de salud a largo plazo, de forma que las mujeres tienen más probabilidad de desarrollar enfermedades hepáticas (con un período comparativamente más corto y nivel de consumo diario más bajo que los hombres) o una mayor sensibilidad a la toxicidad neuronal y en el músculo cardiaco, entre otros.
También presentan riesgos específicos como el cáncer de mama, infertilidad y problemas relacionados con su consumo durante el embarazo y lactancia. No obstante, los hombres consumen más frecuentemente y en mayor cantidad y representan tres de cada cuatro muertes atribuibles al alcohol. El consejo de Sanidad es dejar al menos dos días libres de ingesta de esta sustancia.
Estos nuevos límites de riesgo bajo están en consonancia con los fijados en otros países europeos como Portugal (24 y 16 g/día para hombres y mujeres, respectivamente); Alemania o Italia (24 y 12 g/día), Francia (20 y 20 g/día) o Noruega (20 y 10 g/día)
La directora general de Salud Pública, Pilar Aparicio, ha recordado en la presentación del documento que "el alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida en España y con menor percepción de riesgo"; no en vano, se calcula que cada año produce más de 15.000 muertes, con una edad de inicio de 14 años.
En 2017, el 91 por ciento de la población de 15 a 64 años declaraba haber consumido bebidas alcohólicas alguna vez en la vida y el 63 % en los últimos 30 días; esta sustancia contribuye al desarrollo de más de 200 problemas de salud y lesiones incluidas las enfermedades cardiovasculares, hepáticas, neuropsiquiátricas y ciertos tipos de cáncer.
"Reducir el consumo de alcohol servirá para reducir el número de enfermedades, lesiones y consecuencias sociales con las que se asocia, permitiendo a su vez disminuir la presión asistencial que sufrimos en los últimos meses por la pandemia de la Covid-19", ha concluido Aparicio.