Ser vegetariano o vegano en España hace unos años era un acto muy revolucionario. A estos pioneros se les decía que evitar la carne era malo para su salud; ahora no sólo sabemos que esto no es cierto, sino que los omnívoros debemos reducir su consumo. Las legumbres, los frutos secos y los cereales son fuentes de proteínas muy positivas para la salud y todos debemos darles más protagonismo en nuestra alimentación.
Para hacerse vegetariano no hace falta cambiar de arriba abajo nuestra despensa, con los alimentos vegetales que hemos comido toda la vida podemos estar servidos de proteína. De todas formas, en el supermercado han irrumpido una serie de alimentos que hasta hace poco sonaban exóticos —como el tofu, el seitán o la quinoa— y que, aunque no son necesariamente para vegetarianos, suponen una ayuda en su nutrición.
Algunos de ellos son alimentos que esconden un alto contenido en proteínas; otros, sin embargo, son alimentos que recuerdan a otros de origen animal: como el queso o algunos tipos de carne. En este sentido, existe una fruta que se está volviendo popular en los restaurantes vegetarianos y que, incluso, muchos buscan como locos en el súper para llevarla a casa. Se llama jackfruit y sustituye a la carne en muchas recetas.
Otra fruta tropical
Si bien esta fruta suena todavía exótica en España, se trata de un cultivo muy extendido en países tropicales de Asia, África y América. De hecho, está reconocido como fruto nacional en Bangladesh y su consumo es habitual en países de su entorno como la India, Malasia y Sri Lanka. También se conoce como yaca y es la fruta más grande del mundo: puede llegar a pesar unos 20 kilogramos, pero se han encontrado algunas de hasta 40.
También se la conoce como la fruta de los siete sabores porque, cuando está madura, su sabor recuerda al de muchas frutas tropicales como el plátano, el mango o la piña. Eso sí, cuando está verde y apenas ha madurado tiene muy poco sabor. Este producto no sólo ha captado la atención de los vegetarianos: cada árbol genera estos frutos en abundancia (entre 100 y 200 al año) y crece en climas calurosos y con escasez de agua.
Al producir tanto alimento con pocos cuidados, algunos productores han visto en esta planta un tipo de cultivo respetuoso con el medioambiente por consumir pocos recursos. Eso sí, en estos momentos todavía es necesario importarlo desde países muy lejanos y todo ese transporte se traduce en emisiones de gases contaminantes. De momento, su principal atractivo es su utilización en platos que simulan la carne de manera muy fiel.
Carne-no carne
Concretamente, el jackfruit se desmenuza y se le añaden varios condimentos para que tenga un aspecto y un sabor similar al de la carne deshilachada, como el famoso pulled pork de la gastronomía de Estados Unidos. Los restaurantes vegetarianos más vanguardistas utilizan este alimento para rellenar tacos o baos u otras elaboraciones que se preparan, tradicionalmente, con carne.
Ahora bien, es importante destacar que el jackfruit es un sustituto gastronómico de la carne, pero no de sus nutrientes. Tal y como explica la dietista-nutricionista Raquel Bernácer en este artículo de El Comidista, "cuidado con entender lo de sustituto de la carne por el lado que no es, y sobre todo con utilizarlo de forma frecuente y sin prestar atención al resto de proteínas de la alimentación".
Este alimento tan poco convencional tiene los nutrientes típicos de una fruta: "un montón de agua, muy poca grasa y proteína, y algo de almidón y azúcar según su grado de madurez", explica la experta. Es decir, no nos ayudará a alcanzar el consumo recomendado de proteínas diarias por mucho que su sabor nos recuerde a la carne. Para ello, necesitaremos seguir tomando legumbres, cereales o carne, en el caso de los omnívoros.