Tanto para el desayuno como para la merienda, para el postre de la comida o de la cena, el yogur es un alimento que entra a, prácticamente, cualquier hora. Por esta razón, este lácteo nunca falla en la lista de la compra semanal en España. Es fácil perderse en el pasillo de los yogures del supermercado; sus estanterías están repletas de productos y productos con reclamos diferentes. Por eso, ¿cómo podemos distinguir cuál es el mejor?
La información más interesante que podemos consultar en estos productos es la que viene en letra pequeña y en la parte trasera. La parte frontal, normalmente, está dedicada a anunciar reclamos tales como "0% materia grasa" o "con bífidus". Sin embargo, estos rasgos no son tan importantes como el hecho de que lleven pocos ingredientes y, preferiblemente, sólo dos: leche —fresca, en polvo o ambas— y fermentos lácticos.
El ‘boom’ de los yogures desnatados en los últimos años ha provocado que la grasa de los yogures adquiera una fama inmerecida. A pesar de que la grasa de la leche está formada en su mayoría por ácidos grasos saturados, no se relacionan con problemas para la salud. De hecho, vienen acompañadas de minerales y de vitaminas que los desnatados suelen perder. Esto hace que los yogures con más grasa no sean siempre los peores.
A continuación, cuatro yogures del supermercado de más a menos contenido de grasas.