Los altos niveles de biodiversidad en entornos acuáticos ofrecen una amplia gama de vitaminas, minerales y ácidos grasos cruciales para la salud humana, una gama de nutrientes que faltan en los ecosistemas donde el número de especies se ha reducido por la sobrepesca, la contaminación o el cambio climático, según informan los investigadores en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
"Lo que encontramos es que la biodiversidad es crucial para la salud humana", explica Joey Bernhardt, de la Universidad de Yale, en Estados Unidos, becario postdoctoral en el Departamento de Ecología y Biología Evolutiva y coautor del artículo.
Si bien los humanos pueden alcanzar sus requerimientos de proteínas incluso con mariscos de sistemas menos diversos, satisfacer su necesidad de micronutrientes clave como calcio, hierro y zinc requiere altos niveles de biodiversidad.
Los mariscos obtenidos de ecosistemas biodiversos pueden ayudar a combatir un fenómeno conocido como "hambre oculta", en el que las personas tienen acceso a suficientes calorías pero no suficientes micronutrientes, señala Bernhardt.
Los efectos del cambio de la biodiversidad acuática en la salud humana son particularmente agudos en las áreas costeras del mundo donde las poblaciones dependen en gran medida de los mariscos en su dieta.
Para el estudio, Bernhardt y la coautora Mary I. O'Connor, de la Universidad de Columbia Británica, en Canadá, analizaron 7.245 muestras de nutrientes de 801 peces e invertebrados marinos y de agua dulce.
Descubrieron que las diferentes especies tienen perfiles de nutrientes distintos y complementarios. Si bien detectaron poca diferencia en el contenido de proteínas entre las especies acuáticas, encontraron que las concentraciones de micronutrientes, incluidos calcio y hierro, y ácidos grasos esenciales variaban significativamente.
En concreto, variaban en gran medida las concentraciones de calcio, hierro, zinc, ácido eicosapentaenoico y ácido docosahexaenoico en función del hábitat de la especie, su estátus en la cadena trófica, el tamaño corporal, la dieta y el modo de alimentación.
Así, determinaron que consumir diez variedades diferentes de marisco aportaría los objetivos de consumo diario de estos cinco microelementos y ácidos grasos recomendados, con una cantidad de comida equivalente a la mitad de la necesaria con una menor variabilidad de especies.
Su recomendación sería, si tomamos salmón una vez a la semana, ir cambiando por mejillones, ostras, calamar, pulpo, cangrejo de río o langosta. Los resultados ilustran la importancia de monitorear y preservar la biodiversidad en los ecosistemas acuáticos cambiantes en todo el mundo, dicen los autores.
"Si bien sabemos que la biodiversidad en la tierra es importante para beneficios como la producción forestal, este estudio proporciona nueva evidencia de que los beneficios de la biodiversidad en los océanos y las aguas dulces son tan grandes como en la tierra --apunta Bernhardt--. Los conceptos ecológicos de la biodiversidad pueden profundizar nuestra comprensión de los beneficios de la naturaleza para las personas y unir los objetivos de sostenibilidad para la biodiversidad y el bienestar humano".