El consumo de bebidas con cafeína, como el café y el té, perjudican la salud renal de personas de edad avanzada con obesidad y alto riesgo cardiovascular, según un estudio realizado por investigadores de la Unidad de Nutrición Humana del Institut d'Investigació Sanitària Pere Virgili de la Universitat Rovira i Virgili (URV-IISPV) de Tarragona.
El equipo de investigación de la URV estudió los cambios anuales en la tasa de filtración glomerular -un marcador de función renal- de 5.851 personas mayores con sobrepeso u obesidad con síndrome metabólico, en el marco de un programa de colaboración con otros 23 centros de investigación españoles.
Los expertos observaron que el consumo de café con cafeína y té se asociaba con una disminución de la tasa de filtración glomerular al año de seguimiento y que los bebedores de más de dos tazas de café con cafeína al día presentaban un deterioro superior que los bebedores esporádicos de café o no bebedores de té.
Asimismo, el trabajo detectó que el consumo de más de dos tazas de café con cafeína al día -unos 100 mililitros de café diarios- se asociaba con un 19% más de riesgo de tener "una pérdida rápida de la función renal", cosa que no se observó en el caso del café descafeinado.
El estudio, financiado por el Instituto Carlos III, se ha publicado recientemente en la revista Scientific Reports y ha sido liderado por Salas-Salvadó y el investigador Andrés Díaz López, expertos del URV-IISPV y del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn).
"El café y el té son ricos en compuestos bioactivos con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, con posibles efectos beneficiosos para la salud humana, pero incluso en dosis de consumo moderadas, pueden influir en el estado cardiovascular a través de las enfermedades renales crónicas", ha indicado Salas-Salvadó.
Antioxidantes y café
Los principales ingredientes activos del café son la cafeína (un estimulante) y toda una serie de antioxidantes. ¿Qué sabemos acerca de los antioxidantes del café y del aura que los rodea? Lo cierto es que no constituyen ningún misterio. Los procesos metabólicos generan la energía necesaria para la vida a la vez que producen residuos, a menudo en forma de moléculas oxidadas que pueden resultar perjudiciales para ellas mismas o para otras moléculas.
Los antioxidantes son un grupo amplio de moléculas que pueden eliminar los residuos peligrosos. Todos los organismos producen antioxidantes como parte de su equilibrio metabólico. Aun así, no está claro si los suplementos adicionales de antioxidantes poseen la capacidad de aumentar estas defensas naturales, duda que no ha evitado las especulaciones.
Los antioxidantes que contiene el café podrían tener un efecto anticancerígeno, ya que combaten el deterioro celular. Un tipo de daño que podrían ayudar a mitigar es el producido por las mutaciones genéticas; de hecho, el cáncer es provocado por mutaciones que desembocan en la desregulación de los genes.
Los estudios elaborados han demostrado que el consumo de café combate el cáncer en ratas. Por su parte, investigaciones desarrolladas con humanos indican que el consumo de café está asociado a la reducción de casos de algunos cánceres.
Resulta interesante constatar que el café ha sido relacionado también con la disminución de otras enfermedades. El consumo elevado de café se ha vinculado con la reducción de casos de párkinson y otras formas de demencia. Al menos un estudio experimental con ratones y cultivos celulares evidencia que la protección generada encuentra su origen en la combinación de cafeína y antioxidantes del café.
De igual manera, el consumo notable ha sido relacionado con la disminución de pacientes de diabetes tipo 2. Si hay algo que parece común a todas las enfermedades es su complejidad, la combinación de efectos y las diferencias existentes entre individuos.