La vesícula biliar es un órgano pequeño con forma de pera que todos tenemos en nuestro cuerpo, en concreto, justo debajo del hígado. Su función es la de servir como almacén de la bilis producida por el hígado y liberarla en el intestino delgado para ayudar a digerir los alimentos.
A pesar de que cumple una función importante, a diferencia de otros, como el corazón, el hígado o los riñones, la vesícula biliar no es imprescindible para mantener el cuerpo sano y funcionando. Incluso cuando no funciona tan bien como debería y se desarrollan cálculos biliares, la mayoría de las personas no se dan cuenta de que existe un problema.
Sin embargo, en un pequeño porcentaje de personas, los cálculos biliares pueden desencadenar una variedad de síntomas. La manifestación más leve y común de que la vesícula tiene algún problema es un dolor intermitente llamado cólico biliar. Por lo general, esto se plasma en un dolor constante de agarre o mordisco en la parte superior derecha del abdomen cerca de la caja torácica, que puede ser severo e irradiarse a la parte superior de la espalda.
Algunos llegan a experimentar dolor detrás del esternón. Además, pueden producirse náuseas o vómitos. Cuando los síntomas de cálculos biliares son frecuentes, recurrentes y especialmente incómodos, el tratamiento típico es la cirugía para extirpar la vesícula biliar.
Como suele ocurrir, la alimentación juega un papel importante en su cuidado. De tal forma, ciertos alimentos pueden proteger y promover una vesícula biliar saludable, mientras que otros aumentan la probabilidad de problemas como los cálculos biliares o inflamación. Si bien es cierto que no existe una dieta específica dirigida a cuidar este pequeño órgano, hay que señalar que mantener una dieta saludable llena de alimentos ricos en nutrientes ayuda a mantenerla en perfecto estado de salud.
En consecuencia, ciertos alimentos pueden proteger y promover la salud de la vesícula biliar, como aquellos que contienen vitamina C, magnesio ácido fólico; mientras que otros aumentan la probabilidad de problemas como inflamación o cálculos biliares. A continuación, podrás encontrar un listado con los peores alimentos que puedes elegir si quieres mantener tu vesícula en un buen estado de salud.
Carbohidratos refinados
Los carbohidratos son una parte clave de la dieta de la mayoría de las personas y los carbohidratos sin refinar, como los cereales integrales y la avena, pueden proporcionar nutrientes esenciales. Sin embargo, los carbohidratos refinados pueden aumentar el riesgo de los trastornos de la vesícula biliar.
En un estudio, los investigadores encontraron que comer al menos 40 gramos al día duplicaba el riesgo de cálculos biliares con síntomas. A efectos prácticos, la lectura que debemos hacer es que para cuidar la vesícula y evitar males mayores es necesario limitar el consumo de alimentos que incluyan azúcares añadidos, harina blanca, otros granos refinados, productos horneados prefabricados, incluidas galletas y pasteles o dulces, en especial los industriales.
Grasas nocivas
La vesícula biliar produce bilis que ayuda al cuerpo a digerir las grasas. Una ingesta alta de grasas, y especialmente de grasas saturadas y trans, puede ejercer una presión adicional sobre este proceso.
Algunas investigaciones apuntan a que las personas que consumen carnes rojas procesadas y huevos como parte de una dieta no saludable en general tienen un mayor riesgo de cálculos biliares. De tal forma, no nos ayudará a cuidar su salud abusar de alimentos tales como carnes rojas y grasas, carnes procesadas, otros alimentos procesados, productos lácteos enteros, comida frita, comida rápida, muchas salsas y dulces y bollería, en especial los industriales.
Dietas con 'efecto yoyó'
Varios factores de riesgo contribuyen a la formación de cálculos biliares, incluidos los antecedentes familiares de cálculos biliares y el sexo. De hecho, las mujeres tienen el doble de probabilidades que los hombres de desarrollarlos. El peso corporal también es un factor; el riesgo de cálculos biliares es mayor en personas con sobrepeso y obesidad.
Además, un factor que puede aumentar el riesgo es el de las dietas que no ofrecen resultados duraderos, popularmente conocidas como dietas yoyó. Un estudio, publicado en Archives of Internal Medicine, demostró, tras analizar los datos sobre casi 25.000 hombres, que los cálculos biliares eran más probables en hombres cuyo peso fluctuaba que quienes mantenían un peso constante.
La causa es que estas dietas pueden hacer que el hígado libera más colesterol en la bilis, alterando el equilibrio normal de colesterol y sales biliares. Esto significa que si se quiere perder peso, es mejor hacerlo de forma gradual, poco a poco y con cuidado.