Los síntomas de la menopausia, con los sofocos como los más característicos entre todos ellos, siguen siendo una asignatura pendiente dentro de la medicina moderna. Los suplementos hormonales y extractos naturales siguen siendo populares hoy en día, pero no tan útiles como cabría esperar.
Ahora, un nuevo trabajo publicado por la North American Menopause Society, en la revista Menopause, sugiere una nueva terapia más flexible y adaptable: una dieta vegetal rica en soja.
Una dieta contra los sofocos
Aunque anteriormente se creía que la medicación o los suplementos eran la respuesta más adecuada para paliar los síntomas de la menopausia, los cambios dietéticos tienen un potencial muy superior al esperado, según los propios investigadores responsables del nuevo ensayo WAVS.
En total, se calcula que hasta el 80% de las mujeres posmenopáusicas sufren sofocos, entendidos como una sensación de calor que brota por el pecho y provoca enrojecimiento, sudoración y escalofríos. Por la noche, estos síntomas pueden interferir en la calidad y cantidad del sueño.
Asimismo, el uso de fármacos con base hormonal, como los estrógenos, estaba muy extendido hace unos años. Hoy en día, sin embargo, su consumo tiende a evitarse por su relación con un aumento del riesgo de cáncer y otros problemas graves. Por su parte, los extractos de isoflavonas de soja tienen un éxito moderado.
En un ensayo clínico de 12 semanas de duraciónse asignó al azar a mujeres posmenopáusicas que sufrían dos o más sofocos cada día. El grupo de intervención realizó una dieta vegana baja en grasas, incluyendo media taza (unos 50 gramos) de soja cocida cada día, mientras que el otro grupo fue el conocido como grupo control.
La frecuencia y gravedad de los sofocos se registraron mediante una app móvil, y los síntomas vasomotores (como los sofocos), síntomas psicosociales, físicos y sexuales se evaluaron mediante el Cuestionario de Calidad de Vida Específica de la Menopausia (MENQOL).
A cada participante se le entregó una báscula digital para monitorizar su peso corporal cada día, una app móvil para registrar los sofocos en tiempo real, y un Instant Pot para preparar la soja en casa. Cada semana, el grupo se reunía con el equipo de investigación mediante videollamadas por Zoom.
En estudios anteriores, ya se había demostrado que la soja era beneficiosa, motivo por el cual los investigadores quisieron comprobar su uso desde un enfoque dietético y no como forma de extractos o suplementos. Asimismo, se combinó la soja con una dieta basada en plantas, algo que podría ser clave.
Los sofocos se reducen
Según los resultados obtenidos en el estudio, los sofocos totales se redujeron hasta un 79%, mientras que los moderados-graves disminuyeron hasta un 84% en el grupo de intervención.
De hecho, al final de las 12 semanas del estudio, el 59% de las participantes del grupo de intervención afirmaban haberse liberado totalmente de los sofocos moderados y graves. Sin embargo, no hubo cambios en esta variable en el grupo control.
En ensayos clínicos previos, se había demostrado que los productos de soja reducen modestamente la frecuencia de los sofocos. En este caso, los investigadores sugieren que estos beneficios se obtienen gracias a las isoflavonas, un producto de la soja que es metabolizado por bacterias intestinales en equol, un compuesto no esteroideo que ha demostrado reducir la incidencia y gravedad de los sofocos.
Por otro lado, en otros estudios también se habían relacionado las dietas vegetarianas o veganas con niveles más elevados de equol. Por este motivo, en este nuevo trabajo se combinaron ambos factores, con lo que se muestra una respuesta más sólida al juntar la dieta basada en plantas con la soja.
Para finalizar, muchas de las participantes también informaron de mejoras a nivel sexual, estado de ánimo y energía en general, junto a la reducción de los sofocos tanto en frecuencia como en gravedad. Incluso algunas de ellas refirieron mejor calidad del sueño, mejor digestión e incluso pérdidas de peso significativas.