La cantidad exacta de agua que hay que beber en verano en España según la Dra. Carlas
Las recomendaciones de hidratación pueden aumentar hasta de 2 a 3 litros diarios en los días de más calor en nuestro país.
2 agosto, 2021 00:46Noticias relacionadas
La licenciada en Medicina y Cirugía, postgrado de Dietética y Nutrición, y máster en Ciencias de los Alimentos por la Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona (España) Magda Carlas, ha alertado de que en los días de más calor es conveniente estar más hidratados de lo que habitualmente acostumbramos para preservar nuestra salud. Al mismo tiempo asegura que el agua mineral natural de mineralización débil es la mejor para todas las familias.
La autora de Más claro que el agua (Amat Editorial) y divulgadora médica, recuerda que "el agua es el alimento más abundante en nuestra dieta y está profundamente involucrada en todos los procesos fisiológicos", aparte de que "el agua mineral natural es una fuente de hidratación saludable y asegura una contribución de minerales".
En concreto, cita que las entidades internacionales sanitarias recomiendan, en condiciones y temperaturas normales, las siguientes cifras de ingesta diaria, aunque precisa que siempre al elegir cuál es la mejor agua para cada uno se debe tener en cuenta la edad, el género, las condiciones climáticas y la actividad física: "Las mujeres (adultas) dos litros de agua y los hombres (adultos) 2,5 litros de agua; de los que el 20% puede proceder de alimentos sólidos, como la lechuga que es 90% agua, melón o sandía".
Pero con la llegada del verano, donde los termómetros suelen aumentar considerablemente, de la misma forma que nuestra temperatura corporal, las indicaciones de estos organismos cambian y aconsejan incrementar nuestro consumo de agua conforme más calor haga, según señala Carlas.
"No hay que esperar a tener sed para beber. En verano estas recomendaciones pueden aumentar hasta 2 y 3 litros diarios, dependiendo de los esfuerzos físicos y de las altas temperaturas. Para que nuestra temperatura corporal no aumente tenemos una serie de sistemas fisiológicos como la perspiración y el sudor, una pérdida de agua que es termorreguladora y hace que nuestro cuerpo no se caliente demasiado; aparte de que el agua se encarga igualmente de la lubricación de tejidos o del transporte de alimento a las células", explica.
Por ello, insiste en que, cuanto más calor haga, el cuerpo necesitará más agua para refrigerarse. Pero, además, cuanto más altos estén los termómetros, y si además practicamos ejercicio a 36 grados, por ejemplo, mayor deberá ser también esa cantidad de agua que consumamos, según subraya. Según concreta, hasta un 30% de la población adulta española no llega a la ingesta recomendada de minerales, por lo que el agua mineral natural"se convierte en un complemento muy interesante para asegurar una correcta contribución de minerales".
Eso sí, remarca que no todas las aguas minerales son iguales ni llevan la misma cantidad y tipo de minerales: "Si una persona está embarazada, se encuentra en edad de crecimiento o presenta una dieta carente de calcio, le irá bien un agua mineral natural rica en calcio. Por ejemplo, otra persona muy deportista, con esfuerzo físico constante y poco amante de vegetales, igual le irá bien un agua mineral natural con magnesio. En caso de que una persona sufra indigestiones con frecuencia le puede convenir un agua con más bicarbonatos. Eso sí, es evidente que una persona sana puede tomar cualquier tipo de agua mineral natural".
En última instancia, la experta defiende que del agua mineral natural conocemos su composición gracias al etiquetado, al estar embotellada. "Tiene un origen subterráneo, se origina en subsuelo, viene de la lluvia, y transcurre por diversos terrenos para salir por una fuente. Tiene una salida natural y alrededor suyo hay un perímetro que no puede contaminarla. Gracias a la etiqueta conocemos su origen, trazabilidad y sabemos su composición", insiste la doctora.
Con ello, la licenciada en Medicina y Cirugía destaca que el agua que tomamos cada día representa un "alimento básico", y como tal, sobre él considera que vale la pena controlar sus etiquetas, conocer cuál es su composición, así como conservarla en sitios frescos que no toquen el suelo y cuenten con cierta oscuridad. "Es una materia prima noble y básica y vale la pena", sentencia Carlas.