Estos son los alimentos que están dañando tu microbiota sin que te des cuenta
Las carnes rojas o los edulcorantes artificiales son sólo algunos de los alimentos que reducen la cantidad de bacterias en el intestino y lo inflaman.
11 septiembre, 2021 02:51Noticias relacionadas
Para el organismo, es casi más importante lo que volcamos al interior que a lo que le exponemos en el exterior. La dieta es clave para la salud y a su vez, el intestino es el centro del sistema digestivo. Allí ocurre el proceso que mantiene vivo al cuerpo y le permite realizar las funciones vitales, la nutrición. A través de las paredes del intestino, el cuerpo asimila los nutrientes de los alimentos, que pasan al torrente sanguíneo. Estos son el combustible de la vida misma.
El intestino está poblado por multitud de microorganismos que forman la flora intestinal. Las predominantes son las bifidobacterias y los lactobacilos, que conforman el 85% de la microbiota intestinal. Además, estos seres hacen de barrera para el sistema inmune, por lo que son considerados un órgano metabólico.
Algunos alimentos pueden alterar el equilibrio de este vergel de bacterias, provocando alteraciones en la flora intestinal como la disbiosis. Esta se asocia con enfermedades inflamatorias crónicas, alergias cutáneas, intolerancias, obesidad, asma o la esteatohepatitis no alcohólica.
También se asocia con la diabetes tipo 2, predisposición a la ansiedad o depresión (puesto que la flora intestinal regula la liberación de serotonina), enfermedades autoinmunes y neurodegenerativas, como desvela un estudio llevado a cabo por investigadores del Centro San Giovanni di Dio Fatebenefratelli en Brescia, Italia. Los científicos asocian un desequilibrio en la microbiota intestinal con un aumento en el desarrollo de placas amiloides en el cerebro, relacionadas con el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
Carnes rojas
"El consumo habitual de carne roja puede afectar a los tejidos del cuerpo e inducir a un estado inflamatorio", explica a EL ESPAÑOL, Meryem El Hail, dietista y nutricionista especializada en intolerancias alimenticias. Comparadas con carnes ligeras y magras como las de pavo, pollo o conejo, la carne roja es complicada de digerir y provoca gases.
"Prescindir de carne con alto contenido graso, facilitará la digestión y el vaciado gástrico eliminando, además la sensación de pesadez", destaca Candelaria Soulas, especialista en nutrición clínica y nutrición deportiva. También puede influir en el pH del intestino, poniendo en peligro el equilibrio entre las bacterias intestinales.
Productos lácteos
Es cierto que los alimentos lácteos pueden ser beneficiosos para el organismo, pero su ingesta puede alterar notablemente la digestión de un intolerante a la lactosa. Por ejemplo, una investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad Federal de Bahía, Brasil, los vincula a las alteraciones negativas en caso de existir una enfermedad inflamatoria previa. Sin embargo, aumentar el consumo de lácteos fermentados que contengan bifidobacterias y lactobacilos, es decir, probióticos, pueden mejorar el estado de la microbiota siempre y cuando no se tengan enfermedades digestivas.
Cereales ricos en gluten
Es cierto que la fibra de los cereales integrales favorece la digestión y reduce la retención de líquidos. Sin embargo, el gluten de los cereales refinados puede provocar problemas, ya que al cuerpo le cuesta digerir esta proteína. Lo que puede producir alergias e intolerancias. Además, aumenta los niveles de inflamación abdominal y puede provocar enfermedades como lupus, enfermedad de Crohn, artritis o diabetes.
Alimentos fritos
Cuanto más grasiento y frito está un alimento, más suele gustar al paladar, pero menos al intestino. A largo plazo pueden ocasionar trastornos metabólicos, sobrepeso, obesidad y diabetes tipo 2. También aumentan los niveles de acidez en el estómago provocando reflujo ácido o aumentando el riesgo de sufrir una úlcera estomacal. Cabe destacar que las personas que sufren de colitis ulcerosa, colon irritable o gastritis, deben de evitar su consumo.
Alimentos ultraprocesados
La guerra contra los ultraprocesados parece no tener fin. Cada vez tenemos más prisa y menos tiempo para cocinar, por lo que este tipo de productos se antojan cómodos. Muchos procesos industriales afectan a la calidad nutricional de los productos, haciendo que pierdan muchos de sus nutrientes esenciales.
Además, en muchas ocasiones, para su conservación se recurren a sustancias químicas que pueden alterar la microbiota intestinal, haciendo al organismo más vulnerable a infecciones, enfermedades metabólicas y algunos tipos de cáncer. La clave está en aumentar el consumo de productos orgánicos y frescos como verduras, frutas, legumbres, hortalizas y cereales integrales.
Edulcorantes artificiales
Que el azúcar es mala para el organismo es algo que está muy claro en el año 2021, pero sus alternativas como el aspartamos, no están libres de pecado. Este edulcorante, que actualmente es el más utilizado en la industria alimenticia, trastoca la flora intestinal y puede favorecer la aparición de diabetes tipo 2 por alterar la resistencia a la insulina.
Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Calgary, Canadá, revela como el aspartamo en pequeñas dosis afecta las interacciones metabólicas de la microbiota intestinal en roedores, asociándose a enfermedades metabólicas.
Otros edulcorantes como la sucralosa, aumenta el pH fecal (dificultando la absorción de ciertos medicamentos) y reduce la diversidad de las bacterias que conforman la microbiota intestinal, según revelan investigadores de la Universidad de Duke, EEUU.
Las bacterias que viven en el intestino son un medidor perfecto de la salud del organismo, además serán clave para los tratamientos futuros y sobre todo la prevención de enfermedades inflamatorias o la diabetes tipo 2. Por eso, empezar desde hoy mismo a cuidar su salud y diversidad es vital para conservar la salud.