En los dos primeros años de vida los niños se desarrollan muy rápido, para lo que su cuerpo exige una gran cantidad de nutrientes en comparación con su tamaño corporal. Las necesidades tan específicas de esta etapa de crecimiento pueden ocasionar, si no se controla su alimentación, deficiencias de determinados nutrientes y también ingestas excesivas de otros no tan recomendables en esta etapa. Por eso es importante que los padres estén atentos y ayuden a que la nutrición se convierta en algo sano y adecuado para contribuir positivamente al desarrollo de sus pequeños.
Durante el primer año de vida todavía se siguen incorporando nuevos grupos de alimentos, consolidando poco a poco una dieta más diversificada y ampliando la cantidad de nutrientes. Pero la realidad es que muchos niños no llegan a alcanzar las cantidades diarias recomendadas de algunos tan esenciales para su desarrollo como el hierro, el calcio o la vitamina D.
Otro ejemplo es el omega 3. Se trata de un ácido graso clave en el desarrollo cerebral de los más pequeños durante sus primeros años de vida e incluso durante la gestación. Sin embargo, según el estudio EsNuPi (Estudio Nutricional en Población Infantil Española), promovido por la Fundación Iberoamericana de Nutrición (FINUT) y la Fundación Española de la Nutrición (FEN), 3 de cada 4 niños españoles no toman la cantidad recomendada de omega 3. En paralelo, el estudio ALSALMA señala deficiencias importantes en la ingesta de vitamina D en más del 80% de los niños en edad escolar, mientras que se observa un aporte excesivo -el doble de la ingesta recomendada- de grasas y proteínas.
Estas deficiencias se pueden achacar a diferentes razones, siendo el estilo de vida actual una de las que más peso tiene. Los padres tienen cada vez menos tiempo para hacer la compra o cocinar, lo que ocasiona que se descuide la dieta con más frecuencia de la deseable. Y a los problemas de conciliación se suman las dificultades propias de la crianza de los niños, como pueden ser sus gustos a la hora de comer.
¿Sabes cuánto hierro y omega 3 toman tus hijos?
No siempre es fácil saber cuántos nutrientes estamos incorporando en la dieta. Puleva ha diseñado para ello una calculadora interactiva a través de la cual se puede averiguar si tus hijos están tomando los nutrientes necesarios para su crecimiento en apenas dos minutos, en concreto el omega 3 y el hierro que son fundamentales, como hemos señalado, para un correcto desarrollo del cerebro.
Un aporte extra de nutrientes
El omega 3 es un ácido graso esencial, el más abundante en el cerebro, sin embargo nuestro organismo no es capaz de sintetizar por sí mismo las cantidades necesarias, por lo que tenemos que incorporarlo a través de otros alimentos que lo contengan. En los niños, el tipo de omega 3 más importante es el DHA, el que más peso tiene en el desarrollo cerebral y que se encuentra por ejemplo en la leche materna.
Además de ésta, la otra fuente dietética natural de omega 3 DHA es el pescado azul, mejor para los niños los de pequeño tamaño como el boquerón, la sardina o la caballa.
Una ayuda para acercarse a la ingesta recomendada de omega 3 son las leches enriquecidas, que aportan un perfil nutricional superior al de la leche de vaca y pueden ayudar a la alimentación de los más pequeños con nutrientes tan esenciales como el omega 3 y el hierro.
La leche ya es un alimento básico por su gran aporte nutricional (calcio, magnesio, fósforo, zinc, y vitaminas D, A y vitamina B12), por lo que se recomienda tomar al menos una taza al día (de las 3 raciones diarias de lácteos), así que las leches enriquecidas o de crecimiento se presentan como un buen vehículo para aportar estos nutrientes primarios y hacer más completa la dieta de los niños en la etapa más importante para su desarrollo. Leches como Puleva Peques que, de hecho, aporta en cada vaso más del 65% de la cantidad diaria recomendada de omega 3.
Otros alimentos de origen vegetal también contienen omega-3 (aunque no exactamente el mismo DHA), como las nueces, las semillas de chía o lino, el aguacate o las espinacas, de manera que una dieta equilibrada, en la que incorporar de forma variada todos estos alimentos, es la clave para que los niños tengan el aporte nutricional adecuado.