El cacao ha inspirado poemas, recetas y hasta una civilización, la maya, que lo llegó a utilizar como moneda. Es normal que, a la hora de buscar un sustituto, nada parezca estar a la altura. En cuanto al sabor, el sésamo negro puede llegar a parecerse, pero si buscamos un alimento saludable de verdad que además engañe al paladar, la algarroba es la ganadora. Aunque tampoco hay que desmerecer a este alimento, ya que tiene el honor de ser citado en El Quijote nada menos que por Sancho Panza.

Sus vainas son lo más parecido que existe al chocolate entre los alimentos, tanto que en muchas ocasiones se usa en repostería como sustitutivo. La razón para eliminar el cacao de la ecuación y cambiarlo por la algarroba no es otra que el porcentaje de grasa. Este alimento es dulce pero solo tiene un 1% de grasa, mientras que, en el caso del cacao, el porcentaje se acerca casi al 30%.

Aunque para muchos contemporáneos la algarroba sea algo bastante desconocido, esta legumbre típica de la zona del Mediterráneo esconde otros secretos menos golosos como un poderoso principio activo con efectos similares a la insulina, el D-pinitol. Su eficacia está constatada por diversos estudios y sus beneficios son tantos que no caben en un solo párrafo.

Un principio activo muy beneficioso

En primer lugar, el D-pinitol aumenta la secreción de insulina y ejerce de regulador metabólico en la diabetes tipo 2. Así lo constatan científicos de la Universidad Federal de Rio de Janeiro, Brasil. También protege el hígado, previene la osteoporosis y mejora la retención de queratina. Se han realizado investigaciones en tratamientos contra la leucemia, concluyendo una de ellas que esta sustancia mitiga el crecimiento tumoral en el cáncer de mama. Incluso se han realizado experimentos en modelos animales sobre su interacción beneficiosa en casos de lesiones medulares.

Por si la lista te parecía corta, investigadores de la Universidad de Guanajuato, México, han revelado que el D-pinitol contribuye al tratamiento de la ansiedad, la depresión y las convulsiones. Asimismo, también se le atribuyen propiedades antiinflamatorias según científicos del CSIC. Aunque en el día a día, lo más llamativo es cómo evoca en el paladar un sabor tan similar al del chocolate.

Otro de los beneficios que tiene frente al cacao es que no contiene ni cafeína ni ácido oxácico, un enemigo de la absorción del hierro y el calcio. Es apto para celíacos (no como el mcmenú de Aitana) y tiene menos azúcares y grasas. La algarroba también es rica en proteínas (0.3 gramos por 100 gramos), fibra (2,4 gramos por 100 gramos) y nutrientes esenciales como calcio, hierro, magnesio y fósforo.

Esta combinación de nutrientes hace de este alimento un aliado para la salud intestinal, aliviando el estreñimiento. El magnesio contribuye al mantenimiento muscular y nervioso, además de aliviar el cansancio ante actividades de alta intensidad. También es un potente antiséptico, antialérgico (cosa que el chocolate no) y antibacteriano de origen natural. Finalmente, su aporte calórico no es excesivo: 355 kilocalorías por cada 100 gramos.

La algarroba, fruto del algarrobo.

El futuro de la repostería sana

Citando de nuevo a Cervantes, la algarroba era un alimento con el que se nutría al ganado ovino, bovino y porcino, además de a los caballos y burros. No eran conscientes de lo que se estaban perdiendo, y desconocemos qué pudo llevar a un buen hombre a catar el pienso de sus animales, descubriendo un 'superalimento' de forma fortuita.  El caso es que a día de hoy, y siendo aún una gran desconocida, la algarroba se acerca poco a poco a ser el alimento de moda.

Su procesado es sencillo: la pulpa de las vainas se deshidrata, tuesta y muele para hacer una harina con múltiples usos. Con ella se elaboran galletas, bizcochos y distintos postres, siendo muy popular en recetas veganas que eviten el huevo y los lácteos.

Su sabor es dulce y su aroma puede también recordar al regaliz e incluso al café, ofreciendo notas más parecidas al amargor del cacao, cosa que no ocurre si se recurre al sentido del gusto.

Contraindicaciones

"Los alérgicos a frutos secos y legumbres tienen que tener especial precaución al consumirla", explica a EL ESPAÑOL María Carmen Japaz, dietista y nutricionista. También otro de los efectos secundarios que puede tener el consumirla en exceso son la flatulencias, ya que tiene una gran cantidad de fibra. "Debido a que es rica en antioxidantes y fibra, baja en azúcares y grasas, además no contiene ni cafeína ni gluten, considero que puede usarse a menudo", sentencia Japaz.

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