El tomate seco que triunfa en Mercadona: protege el corazón y ayuda a adelgazar
El tomate seco hidratado en aceite de oliva de Mercadona ya está disponible en todos sus establecimientos, pero ¿es saludable?
6 octubre, 2021 01:18Noticias relacionadas
Hace justo un año los supermercados Mercadona incorporaron un producto nuevo en algunos de sus establecimientos: un tarro de tomate seco en aceite de oliva. Ahora, la cadena ha anunciado que el producto está, por fin, presente en todos sus establecimientos. Según explica el supermercado en su página web, el tomate seco es un ingrediente ideal para integrar en ensaladas, pastas y pizzas, pero ¿es un alimento saludable?
Tanto el tomate como el aceite de oliva son alimentos considerados como beneficiosos para la salud. Sin embargo, cuando los tomates —o cualquier otra fruta— se someten a un proceso de secado, sus propiedades cambian. Pero son cambios muy diferentes a los que se producen en la elaboración de otros productos como el zumo de tomate, como analizaba Consumidor Global. Las frutas se caracterizan por tener un alto porcentaje de agua en su composición y, por tanto, el cambio más evidente que se produce en estos alimentos es la reducción de su tamaño y también de su peso.
View this post on Instagram
El otro gran cambio que se produce en la fruta deshidratada es más difícil de percibir y se trata de una mayor concentración de los nutrientes. El agua está presente en casi todos los alimentos y se trata de un líquido que no contiene ni calorías ni nutrientes. Por esta razón, cuando desaparece, lo que queda son nutrientes; si tomamos 100 gramos de fruta fresca y de fruta deshidratada, la segunda tiene mucha más energía en la misma cantidad.
Fruta fresca y seca
El principal problema que supone la fruta desecada, por tanto, es que es más fácil hacer un sobreconsumo de calorías y también de azúcares. En consecuencia, pasarnos de fruta deshidratada puede favorecer el aumento del peso corporal. Según explica Miguel Ángel Lurueña en este artículo de Consumer, la ración adecuada de este tipo de frutas es la misma que haríamos de fruta. Es decir, "si habitualmente comemos un racimo de 30 uvas, lo equivalente serían 30 pasas".
Si bien es cierto que la fruta seca cuenta con bastantes azúcares, también contiene mucha fibra y, por tanto, tiene un índice glucémico entre medio y bajo. Además, las frutas secas conservan muchos de los minerales, vitaminas y antioxidantes de la fruta fresca. Algunos de los compuestos, como las vitaminas hidrosolubles, sí que se pierden en el proceso de secado. Una de estas sustancias es la conocida vitamina C.
La fruta seca, por lo tanto, conserva sus beneficios protectores frente a las enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico. Además, el hecho de que no contenga agua hace que su vida útil sea más larga porque los microorganismos patógenos no prosperan igual que en la fruta fresca. Tampoco se ha demostrado que, a pesar de tener más azúcar, su consumo se relacione con un mayor riesgo de tener caries en los dientes.
Valores nutricionales
Ahora bien, los expertos hacen hincapié en que estas frutas no sustituyen a la fruta fresca y debemos tener cuidado de que no quiten protagonismo a otros alimentos vegetales en nuestra dieta. Se trata de un alimento saludable siempre y cuando no nos excedamos. Es más, si su consumo es moderado pueden formar parte de las dietas de adelgazamiento y son recomendables para las personas que realizan actividad física frecuentemente.
De todas formas, el tomate seco tan sólo es el 50% del producto. La otra mitad está compuesta, principalmente, por aceite de oliva —en un 42,22%, concretamente— y otros ingredientes para aportar sabor al líquido que hidrata estos tomates como el vinagre de vino blanco, la sal, el azúcar —tan sólo en un 1%—, el orégano y el perejil. Por último, la receta incluye algunos aditivos para mejorar su acidez y su conservación que son seguros.
A pesar de que se trata de un alimento procesado por la industria alimentaria, los ingredientes de este tomate seco hidratado en aceite de oliva sugieren que se trata de un buen procesado. Más del 92% de este producto está formado por tomates y por aceite de oliva, aunque el resto de la composición contiene azúcares, su porcentaje es tan pequeño que no produce daños para la salud. Además, su valor nutricional no es muy elevado: 100 gramos de este producto suponen 140 kilocalorías, según se puede observar en el etiquetado.